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Jaylib – Champion Sound
(2003 – Stones Throw)
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La década de los ’90 llegaba a su fin y el Efecto 2000 se constataba como uno de los más irracionales y temerosos miedos de ser humano. Aunque no hubo apagón tecnológico y se abrían las puertas del nuevo milenio, todavía quedaba lugar para las historias románticas, muchas de las cuales fueron responsables de que la llamada golden era no fuera la tumba de la creatividad en el rap. Dos de los responsables de salvar la creatividad fueron, y sigue siendo en el caso del último, Jay Dee y Madlib. Mañana se cumplen 14 años desde que Jaylib lanzaran «Champion Sound» por el sello Stones Throw (otro de los agentes responsables de revitalizar el género), y hoy te contamos la historia de cómo un cassette propició el vínculo de dos de los productores con más personalidad del género.
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RESPETO ENTRE BEATMAKERS
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Tres años hicieron falta para que la cinta con ritmos inéditos de Jay Dee que J Rocc entregó a Madlib diera sus frutos. Existían las carreras de Jay Dee junto a Slum Village y de Madlib con Lootpack, estaban a punto de publicarse por Stones Throw ese mismo año el «Madlib Invazoin» y «The Unseen» de Quasimoto, y todavía no había visto la luz el «Welcome 2 Detroit» (BBE) de Dilla ni el «Angles Without Edges» de Yestedays New Quintet.
A pesar de ello, James Dewitt Yancey y Otis Jackson Jr. (Dilla y Madlib respectivamente) se perfilaban como dos de los arquitectos del sonido que renovaría el género, y que incluso se sigue extendiendo a límites insospechados a principios del milenio (valga de ejemplo nuestro DillaJoints dedicado a la versión orquestal de la música de Dilla arreglada por Carlos Niño y Miguel Atwood-Ferguson).
Madlib quedó impresionado con la calidad técnica de Dilla, y usó algunos de esos ritmos, más tarde recopilados en una colección de grabaciones llamada «Jaylib Outtakes» en las que también aparecen Quasimoto, Oh No, (hermano de Madlib) o MF DOOM. De una de aquellas grabaciones surgió el corte The Message, en el que Madlib tributa el político hit de Grandmaster Flash & The Furious Five sobre un beat que años después se haría famoso tras usarlo Busta Rhymes en Show Me What You Got de su disco «Anarchy» (2000 – Elektra).
Mientras se grababan esos outtakes entra en juego Peanut Butter Wolf. El fundador de Stones Throw estaba preparando una mixtape en la que quería incluir The Message, y como todavía no se estilaba pinchar en digital, decidió hacer unas copias en vinilo.
‘No se lo dijimos a Dilla hasta después de haberlos planchado. Una vez los hicimos me llamó y me dijo que hiciéramos algo pero oficial. Ahí es cuando se me ocurrió la idea de un disco que fuera, mitad Madlib rapeando sobre Dilla, y mitad Dilla rapeando sobre Madlib’
· Peanut Butter Wolf
‘Dilla en el fondo llamó a Peanut para decirle de hacer las cosas bien. Creo que si no le hubiera llamado para preguntarle sobre esos discos no hubiera habido colaboración’
· Jeff Jank
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Dilla por su parte conectaba al otro lado del país con la música de Madlib tras descubrir el «Soundpieces: Da Antidote» de Lootpack, una de las primeras obras maestras del sello de Peanut Butter Wolf. Parece que a Dilla también le llegarón algunos de esos outtakes, pero siendo los beats su energía de atracción, es lógico que Dilla quedara más impresionado por las producciones en Lootpack y su estructura, que por los rapeos de Madlib. Así lo recoge Jordan Ferguson en su libro «J Dilla’s Donuts (33 1/3)» publicado en 2014 por Bloomsbury Academic. Madlib sin embargo, encontró la conexión en el aura de la música de ambos.
En 2001, tras haber quemado el debut de Lootpack, Dilla llama a Madlib para que cruce el país y se reuna con él en su estudio. Fue la primera, y prácticamente única vez que los dos artistas se vieron físicamente antes del lanzamiento del disco. Los cortes resultantes de aquella sesión de grabación iban destinados a «Pay Jay» (2003 – MCA Records) de Dilla, pero finalmente no formaron parte del álbum. De esta forma, Madlib grabaría en Oxnard, California, y Dilla en Detroit, Michigan. Si quieres saber más sobre la mítica SP1200 de la que habla Dilla, fícahte nuestro Crates & Triggers ‘Dave Rossum & The Soul Brother’.
‘Saber que Madlib hacía esas cosas con la SP-1200 me flipó, porque el único cabrón que yo conocía que usara esa máquina era Pete Rock’
· J Dilla
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‘Nuestra música era diferente pero consistía en lo mismo ¿entiendes? Porque siempre suena sucia pero a la vez brillante, y nunca demasiado computarizada’
· Madlib
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Siendo un disco producido por dos melómanos y deep students de esta talla, ya os podéis hacer a la idea de la cantidad y variedad de artistas y estilos sampleados en el disco. Algunos como sólidas bases de la estructura de un beat, y otros en forma de pequeños detalles que siempre hicieron las delicias de los admiradores de la música de ambos productores. Si no conoces ya la fuente de sonidos de «Champion Sound», es más que recomendable que dediques una café, una cerveza o un lerele a darte una vuelta por WhoSampled.
Haremos mención especial de Diana In The Autumn Wind de Gap Mangione que Madlib samplea en The Official, y que Dilla ya sampleó para su brillante Fall In Love cinco años después. Su magia, la de reinventar distintas partes de una misma fuente y conseguir vibraciones tan distintas. Por eso en «Championd Sound» puedes viajar al lúcido planeta The Red, y al oscuro The Heist.
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LA LUZ RECORRIENDO 3.670 KMS
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Los miles de kilómetros de distancia y la falta de contacto físico no fueron obstáculos suficientes para que la energía de los dos músicos conectara, lo que añadió un aura misteriosa al disco que no bloqueó su calidez final. De una forma parecida estaba trabajando también entonces Madlib con MF DOOM para dar forma a su aclamado «Madvillainy», que se gestó de forma paralela a «Champion Sound».
La prueba de lo fructífero de la relación está en los ya citados «Jaylib Outtakes», pero también en el coetáneo «Jaylib VS J Rocc» en el que el miembro fundador de Beat Junkies constató su protagonismo en esta historia; los innumerables remixes e inéditos que se han publicado después, oficiales o no; y también en «The Rough Drafts», una recopilación de inéditos que Madlib recopiló en un viaje a Brasil en 2002. En Wicked Jazz, extraído de esa última recopilación y en el que colabora Quasimoto, un sample parece profetizar la futura trascendencia de los dos productores.
‘Listen
Music
Master of the Art
Music
Tomorrow
I love… Tomorrow’
Lo que sí fue un obstáculo sin embargo fue el corte The Red, uno de los más emblemáticos del disco. Ese emotivo canto al brillo que Dilla pitchea, filtra e incrusta para siempre en nuestra cabeza ,es un sample de Shine On A Straight Arrow de Cris Williamson, quién puso algunos obstáculos para que se publicara. Valga decir, que aunque tengamos la costumbre de demonizar a esta gente que no entiende la cultura del sample, Cris Williamson no era el mítico caso del artista indignado y aprovechado que busca repercusión. La cantante de folk nativa del sur de Dakota, era una activista política, que dio visibilidad a la situación y el trabajo de una comunidad lesbiana que a mediados de los ’70 no estaba tan integrada en el mundillo de la música y el arte.
‘Dilla y Madlib tenían esa energía que compartían, y es obvio que mientras trabajaban en Jaylib, la música que se enviaban de ida y vuelta influenciaba al otro’
· Ego Alapatt, manager de Stones Throw
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BEATMAKERS RAPPIN’ BARS
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Una vez diseñada la fórmula de Peanut Butter Wolf para el disco, había que conseguir que los dos beatmakers estuvieran dispuestos a rapear, disciplina en la que quedan bastante lejos de sus skills como productores. A día de hoy es obvio que no supuso ningún problema, y que la conexión de los beatmakers cruzó los ritmos tomando forma en la continua mención que hacen el uno del otro en sus barras del disco.
Lo que no encontramos en «Champion Sound» son barras especialmente memorables, más allá de algo de vacile y diversión. Quizá por eso Madlib y Dilla muestren su respeto a la profesión sampleando la voz de Chuck D, rascando barras de Big L, Black Moon y De La Soul, o tributando a Guru de Gang Starr en sus barras: ‘And I don’t be around the way / Like I used to I don’t have time these days’.
Así productor y mc se pasan el relevo cumpliendo ambas funciones como si de una espcie de jam o sesión de radio se tratara, con cortes drásticos, samples de voces, y un sonido final sucio mérito de la mezcla y master Dave Cooley.
En cuanto a los feats, Dilla aprovecha para invitar a Talib Kweli y seguir dando a conocer a Frank n Dank (¿recuerdas su no concierto en Madrid?) para ampliar la visión cruda de Detroit. Por la parte de Madlib aparecen dos mc’s que luego editarían por Stones Throw: Percee P, antes de que debutara tardíamente con «Perseverance» (ficha nuestra review del disco) y un entonces desconocido Guilty Simpson, que ganó cierto nombre en el círculo underground con la publicación de «Ode To The Ghetto» en 2008.
‘No puedo rapear en los beats de mucha gente, incluso en los míos me cuesta. Pero cuando escuché esa mierda… Tenía algo con lo que conecté. Podía tirarme todo el día escribiendo’
· Madlib
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RECEPCIÓN Y ENFERMEDAD DE DILLA
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El impacto de «Champion Sound» nunca llegó a saltar el muro hacia el mainstream. Que escuchemos ahora remixes de The Red de cualquier estilo en las tiendas de ropa de Inditex u otros ambientes, viene por una repercusión posterior y, tristemente, resultante de la muerte de Dilla.
No obstante el disco estuvo bailando durante más de un año por diversos puestos de algunas listas independientes, codeándose con discos de referencia como el «The Black Album» de Jay-Z, el «Speakerboxxx» de OutKast, el mismo «Shades of Blue» de Madlib, o un entonces proporcionalmente (no Rajoy) desconocido Kanye West abanderado por Jigga en su «The College Dropout». Donde realmente caló «Champion Sound» fue en esa lista de obras que son los discos que escuchan tus artistas favoritos.
El mismo año en que se publicó el disco que nos ocupa, Dilla publicó una cinta llamada «Ruff Draft», que sin ser la pieza de coleccionismo que es ahora, le sirvió para girar por Europa (cuatro años después Stones Throw reeditaría la cinta tras la muerte del productor). Tras volver de la gira, Dilla comenzó a encontrarse mal, hasta que un día su madre, Ma Dukes, se vio obligada a llevarle a urgencias. Le diagnosticaron PPT (púrpura trombocitopénica trombótica) una enfermedad hemorrágica de las consideradas ‘raras’.
Viajo esporádicamente a Los Ángeles para reunirse con el equipo de Stones Throw y planificar la estrategia una vez lanzado el disco: grabar algún clip, planear una gira… pero desgraciadamente su enfermedad no le dejaba viajar demasiado, hasta que finalmente Common le convence para que se mude a Los Ángeles en 2004.
‘Creí que el sur de California sería bueno para su espíritu. El sol, el calor, chicas guapas…’
· Common
Por fin los más de tres mil kilómetros dejaron de separar los focos de luz, y Dilla pudo trabajar codo con codo con Madlib y el resto del equipo de Stonest Throw: Peanut Butter Wolf, el diseñador Jeff Jank, y el mánager Eton Alapatt (quién se lo gozó de lo lindo en la Boiler Room de Madrid del pasado miércoles). Como cuentan en el documental «Our Vinyl Weights a Ton» dedicado a la trayectoria del sello, por aquel entonces vivían juntos en una casa que durante años fue su basement principal. No obstante, debido a las complicaciones de su enfermedad, la gira de «Championd Sound» no pudo ser todo lo extensa que les hubiera gustado.
La publicación de «Champion Sound» sirvió para que muchos artistas externos al círculo Stones Throw centraran su atención en los beats de ambos productores. La música que desarrollaron los dos músicos desde su vínculo, es buena parte de la historia que justifica la creencia de aquellos que no vieron la muerte de la pureza de los ’90. Precisamente con Medaphoar, el otro protagonista de la fotografía, los dos dos dieron forma a «Push Comes To Shove» (para mí, un auténtico clásico underrated). Esas historias y otras, ya las contaremos, hoy corresponde recordar luces inmortales más que quedarnos con las sombras que generan.
Texto por Dasar y Pablo Luis Duarte Borges
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