Según la comunidad científica, la Microbiología es la ciencia encargada de estudiar una de las formas de vida más diminutas que se conocen, los microorganismos. Pero, ¿qué narices pinta la Microbiología en una sección dedicada a los aparatos más afamados de la historia de la música?. Bueno, algo parecido pasaría por la cabeza del profesorado de la Facultad de Electrónica de Santa Cruz de California cuando un jovencísimo Dave Rossum (graduado en Microbiología), fue el único capaz de montar y hacer funcionar el modelo doce de un Moog Modular recién llegado a los departamentos de la misma. Este significativo hecho fue el detonante para que muchas personalidades de la facultad, incentivaran a nuestro protagonista a orientar su futuro hacia su verdadera vocación, la electrónica musical.
Motivado por el profesorado y sus allegados, Dave se instala en una pequeña casa de Water Street, plantando los cimientos de lo que más tarde será E-Mu Systems. El principal objetivo de Dave era el de crear un sintetizador modular al más puro estilo Robert Moog, por lo que en navidad se pone en contacto con varios amigos de la facultad de electrónica y juntos crean su primer prototipo de sintetizador: el Black Mariah. Desgraciadamente no se conocen muchos detalles del mismo, aunque si es sabido que varias ideas de este proyecto se usaron posteriormente en la creación del primer sintetizador de E-Mu, el E-Mu 25.
A finales del verano de 1971, Scott Wedge (futuro presidente de E-Mu Systems), y una de las co-creadoras del proyecto Black Mariah, Paula Butler, se unen a Dave y fundan E-Mu Systems. De 1972 a 1980, la empresa se centró en la creación de sub-módulos para sistemas de síntesis modular y sintetizadores, con proyectos muy ambiciosos como el sintetizador polifónico Audity (afamado como uno de los sintetizadores más caros de la historia llegando a alcanzar los 200.000 dólares) y el Modular Systems. Durante esta época, Dave también trabajó como ayudante junto al famoso ingeniero Tom Oberheim en la creación del Synthesizer Expansion Module.
Entrados en el año 1980, Dave y Scott acuden a una convención de la AES (Audio Enginering Society). Allí, el rumbo de E-Mu Systems tornaría por completo al descubrir ambos dos aparatos que también serán relevantes en la historia de la música: el Fairlight CMI y la caja de ritmos Linn LM-1 (de la que ya hablamos en el anterior artículo). Dos samplers de distinta índole pero misma base: las muestras digitales. Convencidos de que el futuro de la electrónica musical está ligado a éstas, la empresa se centra en la creación de un nuevo modelo de sampler, unificando ideas tanto del CMI como de la LM-1. De esta forma, en 1981, nace el Emulator, y consigo, la consolidación de E-Mu Systems como un referente del sector hasta nuestros días.
El Emulator I, al igual que pasó con la Roland TR-808, fue una máquina que, pese a acabar ganándose el cariño de muchos artistas y estar presente en decenas de discos históricos, no estuvo exenta de críticas en su lanzamiento. Su gran tamaño y peso, y la dudosa calidad de sus acabados estéticos, hicieron que se ganara varios detractores entre la prensa especializada y ataques de la competencia. Aún así, la posibilidad de cargar muestras de ocho bits mediante floppys de 5″ y su estructura basada en un teclado de cuatro octavas al más puro estilo Fairlight, dejarían entrever un futuro prometedor. Tanto así, que sus sucesores directos (las versiones II y III del mismo), son en la actualidad máquinas de culto para todo músico electrónico.
Pero llegados a este punto dejaremos de lado el camino de los hijos legítimos de nuestro Emulator y acompañaremos al que, probablemente sea, su bastardo. Y es que en el año 1983 (un año antes del nacimiento del Emulator II) E-Mu anunció (sin mucho bombo ni platillo) el Drumulator. Un sampler y caja de ritmos creado con partes de la circuiteria del Emulator original y elementos del futuro Emulator II. Su mayor atractivo fue la capacidad de trabajar con muestras doce bits, aunque la calidad de las muestras precargadas en su ROM, y una vez más, los materiales de fabricación, hicieron de ella una máquina de escaso éxito, el cual se vio aún más afectado con la popularidad de las máquinas de Roger Linn.
No fueron pocos los que creyeron que visto el éxito del Emulator II, E-Mu Systems se dedicaría exclusivamente a los Emulators, pero en 1985, sorprendentemente, se anunció un nuevo modelo de sampler/caja de ritmos, el SP-12. El SP-12 conservó varias caracteristicas del Drumulator (de hecho las primeras unidades tienen serigrafiadas las palabras Drumulator II), como el muestreo a doce bits y los cinco segundos de memoria para sampling, y corrigió sus principales carencias, incluyendo un diseño robusto y un secuenciador de enormes capacidades, así como unas muestras predeterminadas de alta calidad. La máquina se hizo extremadamente popular en la segunda mitad de los años ochenta. Djs como Marley Marl la usaron enviando cortes de batería desde sus platos hacia la SP para hacer beats en directo. Muchos incluso empezaron a enviar compases de batería completos, usando asi, muestras sacadas directamente de las grabaciones de sus bateristas preferidos y manipulándolos en directo. Esto sumado a su sonido «Low Fi», definido por artistas como Madlib como «Old Vinyl», introdujo de lleno a E-Mu en el camino de una música emergente como el rap.
Tanto Dave Rossum como el resto de E-Mu Systems eran conscientes del impacto creado por la SP-12 entre los djs, y dos años después del lanzamiento de esta, en 1987, la E-Mu SP-1200 salió a la luz. Se dobló la memoria a diez segundos de muestreo, se añadió una unidad para floppys, se sustituyeron los presets de fábrica por treinta y dos memorias de usuario y se incluyeron filtros analógicos. Todo centrado al sampling. Esta, es la verdadera protagonista de nuestro artículo, la máquina emblema del HipHop durante toda la década de los noventa, una máquina que se concibió por y para el HipHop.
Pero toda máquina, para convertirse en leyenda, necesita un abanderado, alguien que muestre al mundo sus capacidades, como fue Vangelis para el CS80, Dilla para la 303, o, justamente, Depeche Mode para el Emulator. La SP-1200 no iba a ser menos, y aunque la cantidad de beatmakers y djs que han sacado auténticos hits de ella es incontable (Diamond D, Buckwild, Lord Finesse, Madlib, RZA, etc), a mi particularmente, cuando me nombran la SP-1200 siempre se me viene a la cabeza la misma persona: Peter Phillips, más conocido como Pete Rock. A día de hoy, no hay un aficionado al rap que no lo conozca, la cantidad de himnos que ha firmado es abrumadora y es considerado como uno de los padres del sonido de Queens.
Casualidades de la vida (o no), Pete Rock nacía en el verano de 1970, justamente el mismo verano en el que un Dave Rossum graduado en Microbiología, asombraba a media facultad de electrónica haciendo funcionar un complejo Moog Modular. Así mismo un nueve de Junio de 1987, Dave Rossum y Scott Wedge anunciaban su SP-1200 (aunque no seria presentada oficialmente hasta Agosto), y el mismo día, cinco años después, se ponía a la venta el disco que pondría todas las miradas sobre Pete y su SP-1200: Mecca & The Soul Brother.
Para mí, Mecca & The Soul Brother es un disco muy especial. En plena entrada de la década de los noventa, con discos como el Follow The Leader aún sonando muchos clubs y calles de Nueva York, y mientras en Houston o California los grupos se empiezan a rodear de músicos en el estudio a la hora de grabar. En Queens, un tipo con un sampler y un buen puñado de sus vinilos favoritos nos muestra otra cara del HipHop, igual de directo, igual de potente, pero musicalmente mas complejo de lo que parece. Y es que de todos es sabido el amor de Pete hacia el Jazz y el Blues, bien lo muestra en The Basement (uno de los himnos del disco para mi gusto), con esa introducción del Season of The Witch de 1968. Este tema es un ejemplo bastante claro de ese sonido complejo del que hablaba antes, Pete mezcló seis muestras de temas distintos de Keni Burke, Sister Nancy, Lee Michael, los Backyard Heavies y la introducción antes nombrada del Season Of The Witch, a lo que hay que sumarle las muestras de batería. Todo secuenciado en una máquina con un tope de diez segundos de memoria. No parece fácil, y es que, sin duda alguna, no lo es. No son pocas las entrevistas en las que Pete ha hablado del tema. En una de las primeras concedidas a Source, Pete contaba que pasaba las muestras desde los platos a la SP dobladas de velocidad, para poder aprovechar a tope la memoria de la máquina.
Aunque, dicho sea todo, antes de que la SP-1200 recayera en las manos de Pete, esta ya contaba con una extensa popularidad entre los djs, fue este disco el que la puso en el punto de mira de todos los beatmakers. De hecho, se convirtió en la estrella, y marca de la casa E-Mu. Fue tal su éxito, que estuvo fabricandose durante más de diez años hasta su cese de producción en 1998, y es considerada una de las máquinas mas demandadas de la historia. Dave Rossum se acabó convirtiendo inconscientemente en una figura clave de la Golden Era del HipHop, y su empresa en un claro referente del sector musical durante toda la década de los noventa.
A día de hoy no quedan muchos beatmakers que realmente amen el sonido de Nueva York, un sonido, que solo puede nacer entre el polvo de los doce bits y el plástico.
me habeis dao en el corzon!!!!!
corazon!
Me flipa conocer todo esto. Me pasa lo mismo con los Jazz Voyages, que me pongo a leer y me meto de lleno en la historia.