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Streetz Tragicomedia: La construcción de una figura

 

El$$o Rodríguez – Streetz Tragicomedia

(2007 – Autoeditado / Left Coast Gang)

 

Texto por Javier B

Fotografías cedidas por Totally Chaos

Hablar del año 2007 es hablar de un pasado bastante lejano ya. Con la barrera de la década de por medio y, sobre todo, con múltiples discusiones posteriores, la situación del hip-hop de España en 2007 ha quedado en el olvido. Haciendo una búsqueda rápida (algo muy contemporáneo) por mi memoria y por internet, encuentro que el año 2007 (no como un dato rígido sino como una aproximación temporal) estuvo caracterizado por grandes debates (quedan como testimonio los foros y el documental Spanish Players) acerca del rap calle, rap real, rap gángster, rap flashy y una infinidad de términos que, al final, han quedado en su mayoría en el olvido. Sin ánimo de revivir cuestiones ya superadas, esa época podría simbolizar el cisma del rap en España. A partir de entonces (aunque no surgió como algo espontáneo, sino que podríamos listar numerosos precedentes), muchos ven el rap estatal como una dualidad entre el rap español típico (los artistas que mayoritariamente habían tenido éxito hasta entonces y sus productos derivados) y una nueva escuela que trataba de hacer una música que respondiera más a los cánones del hip hop americano. Antes de meterme en terrenos farragosos, concluiré este viaje al pasado: esta situación coincidió con (o quizá impulsó) la salida de una serie de proyectos independientes, originales y alejados de la tradición nacional. Ahí se empezó a hablar de un Cambio (es posible que la idea igualmente viniera de antes). Y es precisamente en este contexto en el que encuentro la génesis de la actual escena ‘underground’ del rap de nuestro país, donde ese Cambio sigue sin acabar de suceder. También es la génesis de una de las grandes personalidades de la misma, el ahora mismo desaparecido Elsso Rodríguez.

Volver la vista hacia atrás y analizar los orígenes de Elsso como Don Cristal no me parece procedente, aun desde un punto de vista crítico, dado el vacío documental existente en torno a esa primera obra (aunque podrían sacarse interesantes conclusiones). Con todo, «Streetz Tragicomedia» fue la obra que puso a Rodríguez en el mapa aunque, como él mismo indicó en una entrevista para Erreapé, con la perspectiva de un chaval, mucho más despreocupado que el Elsso que muchos recuerdan por «Baladas Heavys» (2010 – Autoeditado). Aquellos que hayan seguido su trayectoria desde el primer momento podrán ver en ella una evolución lógica, un proceso de maduración personal que lleva hasta el momento actual donde ese personaje que es Elsso se preocupa más de la parte trasera de la careta, donde Borja es el protagonista anónimo al que nosotros ya no vemos en escena. Madurar, por otra parte, a pesar de ser lo más natural, es algo que muchos otros artistas de la escena no han hecho. Sin embargo, lo que aquí interesa realmente es la creación de una de las figuras más singulares que tenemos en el rap estatal. «Streetz Tragicomedia» aparece en el contexto antes mentado: vuelta al rap “original”. Este Renacimiento particular también tiene su reflejo en esta mixtape, para empezar, a través de ritmos sacados de varios artistas de Queens (como rasgo definitorio al que él mismo hará referencia, en Mis Reebok en el Suelo, por ejemplo), como un sello de identidad y marca de estilo. Podemos mencionar ritmos de Hip Hop is Dead de Nas, Got it Twisted de Mobb Deep, Outta Control de 50 Cent con Mobb Deep, Get Down de Nas, así como otros tantos. En general, ritmos para nada rebuscados, que probablemente formaran parte de la música que él mismo escuchaba entonces. No obstante, esta falta de originalidad era suplida por las características únicas de Elsso. Recuerdo que al principio se le buscaban parecidos con Hermanos Herméticos y, si bien se puedan encontrar puntos en común entre ambos, lo reduciría a tan solo una influencia, también existente en muchos otros grupos del momento. Hermanos Herméticos es sin duda un grupo de referencia de parte de la nueva corriente de rap surgida (aunque me da la sensación de que esta influencia se diluye en las nuevas generaciones).

Bajo un formato típico, temas escupidos sobre ritmos conocidos y mezcados por un dj (con varios freestyles, incluso), Elsso Rodríguez crea un estilo que resumiré en dos elementos: costumbrismo y cine negro. Ambos elementos son en apariencia lugares comunes en el rap, especialmente si lo miramos desde la perspectiva actual. En cierto modo, presenta unas cualidades tan comunes, que se sale de lo común: coge un estilo y le da una vuelta de tuerca, sin por ello romper muchas “normas no escritas” (de esas que tanto abundaban y siguen abundando en el hip hop), tal y como más tarde harían Urano Players, por ejemplo. Rodríguez hará uso del costumbrismo y el cine negro para construir su escenario y transmitirnos su realidad. En un momento en que parece que todo lo interesante pasa en Madrid, Elsso llega con sus historias de Bilbao. En concreto, de la margen izquierda, Portugalete, Left Coast. Y con ello, una nueva visión, que no se limita a retratar los lances típicos de macarras, drogas, calle y mujeres (ahora mismo tenemos demasiados, diría yo). Más bien los introduce en su contexto como elementos de atrezzo de la película que él protagoniza. Una relato autobiográfico que narra sus peripecias, sus infortunios. Si en el papel esto podría parecer igualmente común, con un desparpajo, que ya no es de madrileño sino de vasco de pura cepa, convierte su discurso en un manifiesto de su forma de vida. Un chiste para cada tragedia- es una muy buena descripción del estilo de Elsso, desde los comienzos hasta la actualidad. Esa cita está sacada de un tema posterior La Florida Splendor, que junto con Jodido sí, pero vivo, forma el siguiente escalón que lleva de «Streetz Tragicomedia» a «Baladas Heavys». Se podría dedicar un artículo a cada uno de esos dos temas; si bien la perspectiva de Elsso como antihéroe fue tratada ya en un magnífico artículo por Marsblack, por lo que no me detendré más aquí.

 

Hasta ahora no me he entretenido demasiado en el concepto de cine negro. Y es que, aunque en el rap es habitual la referencia al cine (y en especial al cine de gángsters), Elsso Rodríguez es uno de los directores más originales, con su estilo cinematográfico donde el claroscuro domina la escena. Totalmente alejado del namedropping barato, Elsso, tanto en sus descripciones como en sus referencias, echa mano de un estilo que le va de la mano a su narrativa, más cercano al «Scarface» de Hawks (1932) que al de Brian de Palma (1983). Elsso, director y protagonista, tiene el espíritu del crápula, el jugador de póker, el dandy, el rebelde sin causa, el gusto por el rockabilly y las chicas buenas… Hace un recorrido por la historia de la cultura popular moderna de hace ya unas cuantas décadas. El track Sobre Ruedas (con Ruso, ahora Amarillo Slim) es una de las muestras más directas (cada uno de los temas que ha hecho con Ruso lo es) de sus recreaciones fílmicas. Y por si no fuera poco, el paso de la escena costumbrista al plató es un recurso recurrente y que no resta un ápice de credibilidad, pues la problemática no deja de tener sus raíces en un escenario mucho más cercano: la mención de situaciones, lugares o tópicos de su tierra son otro referente de su estilo. Cualquiera que conozca el País Vasco, sabe que no tiene nada que ver con Madrid (y no hablo de ETA, demasiado fácil). No quiero hacer de este artículo una lista de la compra, así que la simple alusión a Left Coast Himno me parece suficiente como resumen de la influencia de su entorno en su música. Rodríguez consigue que Chicago esté en Euskadi y que la ley seca y los sombreros convivan con la heroína, el punk y el rock radical.

Por otra parte, me gustaría señalar que la mención de su narrativa y sus relatos en este artículo no es fortuita. Y es que Elsso es, además, uno de los grandes literatos del rap español, un hispanista (de modo similar a como lo es Supra). Él mismo se llama Elsso Pérez Reverte (en Escupo al Suelo). En una ocasión, me comentó personalmente que él siempre quiso dedicarse a estudiar literatura española. En su multiformidad nos encontramos con el Elsso castizo, españolista, amante de las costumbres: –qué vivan las bodeguillas, la España cañí, los toros, la España cotilla, la España sin cultivar que juega al mus y sopla, viva mi sombrero, viva la copla– (Brindo por nuestro sombrero). El Lazarillo de Portugalete que demasiados golpes se dio con el Puente Palacio, que ya en la portada de este disco se nos presenta. Tragedias y comedias, dualidades, múltiples planos narrativos. Elsso Rodríguez combina lo llano y lo culto, lo personal y lo común. Esta mixtape engaña, resulta difícil para el desprevenido; así ha sido Elsso desde el principio, aunque quizá con los años se haya ido haciendo más personal y menos entregado a los tópicos del hip hop. En «Streetz Tragicomedia» se gesta la personalidad de Elsso, tan compleja si se analiza que nadie ha podido imitarla. Cada una de sus facetas tiene sus entresijos: incluso en esta mixtape quedan rasgos de la época de Don Cristal (tema recurrente), por ejemplo, en Anal Emporio (con El Perro). Pese a todo, como siempre hay que dar una de cal y una de arena, debo reconocer que aparte de los detalles que destacamos como parte de su original estilo, «Streetz Tragicomedia» no deja de ser el disco debut de un veinteañero: por mucho cariño con que me guste mirarlo, sigue teniendo sus más y sus menos. Hay una serie de temas a los que les falta ese brillo que ha ido consiguiendo con el tiempo y que, en consecuencia, llevaba años sin escuchar hasta que comencé a escribir este artículo. En cualquier caso, muchos de nuestros discos favoritos del pasado no aguantan un análisis profundo con nuestra perspectiva actual. Y es que la mayoría de las imperfecciones que tiene el disco se explican por su música aún en desarrollo. Prefiero quedarme con lo más característico, el claroscuro, la película que empezó a rodar un joven llamado Borja que vivía en Portugalete y que, con todo el ingenio, humor, ironía, sarcasmo y cinismo (¡lo que sea que tenga!) del mundo (y sin postproducción alguna), consiguió convertir la miseria y mugre que veía cada día en su barrio (mucho menos glamuroso que la Florida americana) en un clásico del cine negro. Un negro realmente jodido.

El$$o Rodríguez suena en

4 comentarios en «Streetz Tragicomedia: La construcción de una figura»

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