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SnoopZilla & Dâm Funk – 7 Days of Funk

Artwork: Lawrence Hubbard · Dirección de Arte: Jeff Jank

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SnoopZilla & Dâm Funk – 7 Days of Funk 

(2013 · Stones Throw)

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El catálogo de Stones Throw suele ser sinónimo de calidad y eso que, muchas veces, sus publicaciones llevan un componente implícito de riesgo. Es uno de esos pocos sellos donde aún se da cabida a proyectos movidos únicamente por un criterio que suena ya casi arcaico: el amor a la música. Stones Throw no está, desde luego, formado por cobardes, que allí le echan un par y se atreven con todo tipo de sonidos, no es una información sorprendente para nadie y menos después de todo lo que hablaremos estos días en Crypta.

Por eso cuando, en 2013, se anunció que iban a lanzar un disco firmado por Snoop Dog y Dâm-Funk (investiga más sobre su carrera en este artículo) un rayo de esperanza iluminó mi cabeza, aunque no nos engañemos… dada la experiencia que tenemos con los curros del colega Snoop, la carga del rayo tampoco era muy potente, puede que ya sólo me alcanzaran las chispas. Sin embargo, los nubarrones se disiparon al escuchar el primer single y, lo que realmente me bautizó fue la luz de un sol bien hermoso de verano, porque eso es a lo que me suena «7 Days of Funk», a verano, a Sol, a luz, a fiesta en la playa, buen rollo, al puto Dâm-Funk haciendo revivir al viejo perro, paseándolo en lowrider por esa California funky que parecía que había olvidado y abandonado.

Desde el inicio de su carrera discográfica, en 1993, es raro el año en que las estanterías de las tiendas no han recibido un nuevo disco de Snoop, moviéndose además entre distintas -y distantes- aguas musicales. También le hemos visto en cine (puede que más veces de las que nos gustaría) haciendo desde papeles protagonistas de dudoso honor -pienso en Bones- a secundarios en pelis casi de culto para muchos en esta movida – sí, me refiero a Training Day. Este jodido perro ha explorado casi todos los campos posibles y se ha apodado de cien formas distintas. Así, ha vivido más de 20 años de carrera musical, cambiando de camisa cada tanto, pasando del rap al pop, intentando reencarnarse a través del reggae (esto mejor lo ignoraremos). Ha trabajado con todos los productores de la élite y su larga lista de colabos la componen una serie de nombres de lo más dispar, vamos… no escapó ni el fenómeno mundial Psy.  Pero… realmente ¿qué reteníamos en la memoria cuando nos acordábamos de él? Quitando algún que otro tema(zo) suelto (lo reconozco, me flipa muchísimo Sensual Seduction/Eruption), siempre acabábamos volviendo a su “Doggystyle”, sí, siempre.

Dâm Funk & SnoopZilla

Ay Snoop, 20 añitos desde tu ópera prima son los que nos hiciste esperar para sorprendernos (por lo menos a la que escribe, muy gratamente) con este genial 7 Days of Funk, acudiendo de nuevo a un sonido cercano al que hizo que nos conquistaras en tus inicios.

Pero basta de adorar y/o hacer que le piten los oídos a Snoop, él es sólo el 50% de este disco. Desde luego, no se me ocurre un partenair más idóneo para su resurrección que Dâm-Funk. Depositario de un sonido a caballo entre los 80 y un futuro aún inexplorado, sus melodías componen un funk moderno con sabor a retro, sus ritmos electrónicos salidos de sus teclados reviven y reinventan ese G/P-funk ideal para el Perro.

La unión entre ambos era sólo cuestión de tiempo, desde que, tanto uno como el otro, nacieran en 1971, sus biberones musicales han nutrido sus cuerpos y almas con los mismos ingredientes: sonidos clásicos como James Brown, locuras futuristas como las de Parliament, el talkbox de Zapp, la energía de Rick James o el histrionismo de Prince.  Dos adolescentes que quemaban la pista bailoteando en las mismas fiestas californianas y que eligieron dos ramales distintos de un mismo camino que acabarían convergiendo. Uno eligió el desvío más electro, el otro, puro gangsta rap. Uno llegó al punto de encuentro de una forma más underground, con el estatus de un ídolo venerado en un círculo pequeño pero selecto, el otro convertido en un indiscutible súper ventas. Y, al final del camino, para unirlos al fin bajo su paraguas, les esperaba Peanut Butter Wolf, desde luego, no había nadie mejor para sostener un emparejamiento de ese nivel, contando además con su experiencia reciente al lanzar “Higher”, el trabajo de Dâm-Funk con Steve Arrington (Slave). Con 7 Days of Funk, Stones Throw lanzó un disco que es un placer para los fans del género y que, con total seguridad, atrajo, conquistó y captó a otros que aún no sabían que lo eran.

Montados en nuestro flamante Cadillac, pisamos el acelerador y paseamos por la costa californiana, melena al viento, para disfrutar a todo volumen de estos escasos 40 minutos de pura vitamina para el cuerpo que es 7 Days of Funk. Pura fiesta que comienza sólo con ver ese genial artwork de Lawrence Hubbard aka Raw Dawg (con ese aka no podía ser más idóneo para el curro) de Real Deal Comix. ¿Qué mejor para ilustrar este sonido que alguien cuyos dibujos son puro blaxploitation sazonado con historias de hustlers? Una ilustración que sin duda nos evoca de algún modo aquel Doggystyle.

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El artwork completo de Raw Dawg

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Sacado el disco de su fantástica funda y puesto play, mientras conducimos, no podemos evitar que nuestro cuerpo se balancee al ritmo de esas melodías creadas por sintetizadores endiablados sobre las que ronronean voces robóticas. Lo flipamos con unas geniales líneas de bajo mientras resuenan cajas de ritmos vintage. Cabe decir que ésta fue de las pocas veces que a Snoop le producía el trabajo entero un mismo productor. No hay duda que, tras aquel Dre de la época «Chronic», seguramente Dâm-Funk sea el que le ha dado los ritmos que más le representan, los más estrictamente west coast. Y es que, en toda la duración, notamos vigentes esas influencias de las que hablábamos antes, esas figuras de nombres George Clinton o Roger Troutman, sin olvidar aquellas que directamente colaboran en el trabajo, dándole cierto toque de anacronismo musical: Steve Arrington en ese tema de amor cósmico que es 1Question o la siempre genial voz de Bootsy Collins en Hit da pavement, energía pura para abrir un disco. No olvidarnos tampoco de ese bonus tan G-funk, Systamatic con Tha Dogg Pound, reunión que despierta una melancolía a la altura de los acontecimientos.

Con un ojo puesto en el pasado, y el otro mirando al futuro, oscilando entre el rap más pimp a lo Hit de pavement y los ritmos más smooth a lo Do My Thang, el viaje es variado pero sin impedir, en absoluto, que sea un trabajo de gran equilibrio, (equilibrio, ese concepto que la discografía de Snoop no conoce demasiado bien.) Dâm-Funk consigue hacer sonar los aparatos más retro de la forma más moderna imaginable motivando a Snoop con tal éxito que hace rebrotar su rap más gamberro tras esa estúpida y pasajera conversión reggae.

SnoopZilla & Dâm Funk en directo

Resucitado para la ocasión bajo el apodo de SnoopZilla (genial homenaje al gran Bootsy, de hecho se refiere en Faden Awaya él mismo como Snoopy Collins) y de vuelta a los rizos más curly, encontramos a un Snoop con más groove que nunca, que se lo está pasando genial, having funk a tope, por si igual necesitábamos recordar lo divertido que puede llegar a ser, no sólo rapeando sino también cantando sin complejo alguno (vaya estribillos pegadizos). A nivel lírico, sin sorpresas en cuanto a temática y sin demasiada profundidad (¿quién la necesita en un disco así?) pero con un flow de los de antes. Party, hierba, mujeres, quizá esto último desde un perfil menos rayante en lo misógino del que acostumbra, podría atreverme a decir, incluso romántico, y si no, pulsa play a I’ll be there 4U, aunque puede que la figura de la mujer sea sólo un símil del funk.

 

“You may think I’ve had enough, but it’s a must I find my way back to the funk” (Ill be there 4U)»

Siete días a la semana, siete temas, seven days to find the funk. “There’s only seven days in a week, so what’s after that? Another seven days of funk” que decía Dâm-Funk en una entrevista. En resumen, como podemos escuchar en el opening track Hit Da Pavement: Daaaam-Funk and Snoopzilla, yeah, are searching through them and space to fiiiiind the funk and reconnect the mothership!

Y parece que la reconexión no fue pasajera para Snoop, desde este 7 Days of Funk, al menos para una servidora, ha sacado los mejores discos de su carrera en muchos muchos años.

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P.D: Existe una edición especial, formato setbox, lanzada en febrero de 2014, formada por ocho 7’’: los siete temas con sus respectivas instrumentales, más el octavo con el bonus track y un tema inédito: Wings. Aaaay, quién tuviera pasta.

Texto por Lady R

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