Cotinuación de ‘Gil Scott-Heron & Jamie XX: Del Standard al Remix’
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GSH: caída
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Para comprender cómo se gesta «We’re New Here» (2011 – XL Recordings), tenemos que remontarnos más de cuarto de siglo. Si Gil Scott-Heron personaliza una generación que está muriendo, quizá podríamos ubicar el inicio de esa muerte, al menos en el plano artístico del artista de Chicago, en 1985. Es en ese año cuando Gil Scott-Heron y su último sello estable, Arista Records, rompen relaciones dos años después de que viera la luz su última referencia juntos, «Moving Target».
En su época con Arista, Gil Scott-Heron siguió demostrando que su talento tenía aún cosas que aportar a la historia de la música a pesar de que llevara cinco años separado artísticamente del pianista y compositor Brian Jackson, hasta entonces incuestionable compañero de fatigas desde “Winter in America” (1974 – Strata-East) al que pertenece su famoso ‘The Bottle’ en el que ya profundizamos en nuestra sección Behind Bars, hasta ”1980” publicado en el año que da nombre al disco, ya por Arista Records. Debido a esta separación, o quizá no, Scott-Heron exploraba terrenos más cercanos a los incipientes funk y soul, pero a pesar de ello su música había perdido parte de la capacidad de transgresión que había demostrado años antes.
Desde el punto de vista electrónico que nos podría dar su última etapa en XL Recordings, su música había perdido frescura, habiendo artistas dentro de su campo que coqueteaban profundamente con ese nuevo terreno de exploración como Miles Davis, Sun-Ra, Joe Zawinul (tanto en solitario como con Weather Report), Herbie Hancock, o George Clinton por citar algunos.
Por otra parte, en Europa la exploración de la electrónica tuvo su propio desarrollo, con un camino distinto al que se vivía en Norteamérica. Los artistas que abanderaron dicha exploración se podrían subdividir en tres tendencias: los herederos de la tradición jazzística norteamericana (no siempre afroamericana); los herederos del rock que empezaban a desarrollar el llamado rock progresivo, psicodélico y otras variantes; y aquellos que habían bebido de ambas fuentes y cuya carrera es difícil englobar en un estilo. Entre esos músicos se podrían destacar Kraftwerk, Camel, Vangelis, Pink Floyd, Jon Anderson, Rick Wakeman (ambos miembros de Yes), Neu!, Emerson, Lake & Palmer, Electric Light Orchesetra… y por no olvidarnos de nuestro país, Triana por un lado, los menos castizos rockeros Barcelona Traction, y entre medias Dolores, formación liderada por el cantante Pedro Ruy-Blas y en la que militaba un joven Jorge Pardo.
Inicialmente, quedarse sin sello no frenó a Scott-Heron ya que siguió de gira y participó en algunas grabaciones como “Music United Against Apartheid” (1985 · Manhattan Records) con el corte ‘Let Me See Your I.D.’ junto a Miles Davis, Kurtis Blow, Melle Mell de The Furious Five y Duke Bootee, músico colaborador del grupo y habitual en las grabaciones de Sugar Hill Records. Pero pronto su rastro se perdió, hasta que en 1990 editara el single «Space Shuttle» con la escuadra británica Castle Communications.
A la Europa de la década de los ’90, en concreto a Reino Unido, nos llevan nuestras conexiones en búsqueda de Richard Russell y su generación. La que se crió directamente con la electrónica (ya fuera rockera, jazzística, o de baile), y no sólo con la música negra o el rock, mientras escribía la historia de la música electrónica moderna, concretamente la británica.
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RR: orígenes
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En 1989, un año antes de la publicación de «Space Shuttle», Nick Halkes y Tim Palmer iban a fundar el sello XL Recordings con vocación de ser un sello de electrónica que editara 12″ de techno y house. Antes o después de la fundación del sello,, las vidas de Nick y Richard se cruzaron dando frutos tanto en el ámbito musical como en el empresarial.
Musicalmente formaron un dúo que entre otros sobrenombres adoptaría los de Kicks Like A Mule, LikeLife o The Valentine Boys, alias que nos conviene destacar ya que bajo su firma hicieron algunos remixes. Sus mayores éxitos fueron ‘The Bouncer’ como Kick Like a Mule, y el único single de LikeLife. Aparte, como ya repasamos en OGvsRMX, Richard Russell haría remixes en solitario como el de ‘Down With The King’ de Run DMC, Pete Rock & CL Smooth, además de producir el corte ‘Pass The Rizla’ de London Posse.
En cuanto a lo empresarial, la relación entre Nick y Richard se expandió cuando Nick ofreció le ofreció trabajar como A&R en XL Recordings. El sello había empezado editando breakbeat, drum and bass, y electrónica (incluso la edición inglesa de algunos singles y maxis de House Of Pain), pero en 1993 Nick dejaría el proyecto para empezar una nueva aventura con el sello de dance Positiva, un subsello de EMI.
Tiempo después, Tim Palmer también dejó el sello, y Richard Russell se vió obligado en coger las riendas de XL Recordings o de firmar su muerte. Bajo su dirección, XL Recordings fue (y es) uno de los innumerables sellos independientes padres de la música electrónica del Reino Unido. Aquella que se desarrolló a la vez que crecía un joven Jamie Smith.
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GSH x RR: mensajero en pleitos · consolidación de xl recordings
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El mismo 1993 en el que el equipo de XL Recordings se empieza a disolver para finalmente quedar en manos de Russell, Gil Scott-Heron publica el disco «Spirits», que contiene ‘Don’t Give Up’ producido por Ali Shaheed de A Tribe Called Quest, y el corte de spokenword ‘Message To The Messengers’ que fue tan trascendental en el rap como su famoso ‘The Revolution Will Not Be Televised’. En él, Gil Scott-Heron transmitía a una generación heredera de la suya que era importante mantener la visión crítica de la música negra.
Mientras tanto, al otro lado del charco XL Recordings apadrinaba a unos londinenses llamados The Prodigy, que se convertirían en uno de los grupos que lideraría la música electrónica británica de final de milenio. Editó cuatro discos del grupo: «Music For The Jilted Generation» (1994), «The Experience» (1996), y “Always Outnumbered, Never Outgunned” (2004), pero sin duda su mayor éxito y trabajo más trascendental fue el imprescindible «The Fat Of The Land» (1997), en el que algunos a éste lado del charco descubrieron a Kool Keith.
Aparte de las referencias del exitoso grupo, al catálogo de la época de XL Recordings hay que sumar discos como «Culture» (1995) de Liquid, el techno ácido de Empirion o el drum-n-bass de Jonny L, además de numerosos EP’s y maxi-singles. Los ’90 se cerraron para XL Recordings con el estreno de una de las bandas que sería estandarte del grupo en la siguiente década, Basement Jaxx y su “Remedy”. Musicalmente, Richard Russell también participó en algunos proyectos, aunque de forma muy esporádica debido al ajetreo que le supuso liderar el sello.
Para Gil Scott-Heron, el nuevo milenio empezaba con una sentencia de uno a tres años de cárcel por posesión de cocaína y crack, de la que se salvó por aceptar participar en un programa de rehabilitación. Por su parte, Richard Russell ampliaba fronteras en XL Recordings dando cabida a artistas como los productores Ugly Ducking con «Journey To Anywhere», los ya citados Basement Jaxx y su «Rooty» (2001) y «Kish Kash» (2003) o la distribución en EEUU del estreno de The Strokes, banda liderada por Julian Casablancas, con su EP «The Modern Age» (2001). De forma progresiva el catálogo del sello iba rompiendo las barreras de la electrónica para albergar proyectos de distintos estilos, dando apoyo a bandas entonces desconocidas de la escena británica, pero que pronto se hicieron con un nombre como sucedió con The Prodigy en la década anterior.
Mientras tanto el mismo Gil Scott-Heron, cuya música empezaba a escuchar el joven Jamie gracias a su padre y a un profesor de su escuela, se sumergía en continuos conflictos con la ley, las drogas, y los centros de rehabilitación, siendo condenado una vez más en 2003 al ser detenido en el aeropuerto de Nueva York por poseer sustancias ilegales. Ese mismo año, la BBC decidió grabar un documental dedicado a la figura del artista. En 2006 la espiral de Gil Scott-Heron continúa, siendo condenado una vez más de dos a cuatro años por violar algunas condiciones de su parole al abandonar un centro de rehabilitación.
En esos tres años Richard Russell publica por XL Recordings «The Eraser» de Thom York, cantante de Radiohead, además de trabajos de Dizzee Rascall, M.I.A., o Ratatat. XL Recordings comienza a perfilarse poco a poco como un sello de autor, gracias también a haberse consolidado económicamente. Además, Richard Russell tiene tiempo para volver a desarrollarse en lo musical, produciendo el disco homónimo de Aluminium, una orquesta que interpreta versiones de The White Stripes. Coincidencias de la vida, su vuelta al plano musical es en un disco de reinterpretaciones.
Gil Scott-Heron estaba en un laberinto con la justicia de la que era prácticamente imposible salir, y Richard Russell se consolidaba como uno de los personajes más importantes de la nueva música electróncia británica. En cómo dos destinos diametralmente opuestos son capaces de cruzarse para seguir escribiendo la Historia de la música, tiene muchísima importancia un tipo escocés llamado Jamie Byng.
Como curiosidad, valga decir que las conexiones de Gil Scott-Heron con Escocia venían de familia, ya que su padre fue el primer jugador negro en jugar en el Celtic de Glasgow, motivo por el cual el compositor Michael Marra escribió le escribió una canción titulada ‘The Flight of the Heron’.
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JAMIE BYNG: el enlace
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Jamie Byng nació en Edinburgo y quedó enamorado del soul y el funk gracias a la colección de discos que había en la casa de un amigo suyo de la infancia. Ene esa colección, entre muchísimos otros artistas, había algunos discos de un Gil Scott-Heron quién consiguió penetrar en su alma cuando escuchó por primera vez ‘H20 Gate Blues’. Tras cumplir 22 años, Jamie Byng tuvo la posibilidad de ejercer de director de la editorial Canongate Books. Como buen fan del soul y de Gil Scott-Heron, en 1996 reeditó dos de las novelas de corte racial del músico criado en Chicago: «The Vulture» y «The Nigger Factory».
Pero la relación de Jamie Byng con Gil Scott-Heron cruzó lo profesional y entablaron amistad, hasta el punto de que el Godfather of Rap (aunque él niegue este honor atribuyéndoselo a The Last Poets) también es padrino de uno de los hijos del editor. El mundo veía a una leyenda de la música negra en continuos conflictos con la ley y las drogas, y Jamie Byng veía a esa misma leyenda y amigo en la cárcel de Riker Island.
A esa misma cárcel había enviado una carta Richard Russell tratando de contactar con el artista, y allí organizó Jamie Byng un encuentro de ambos en 2006 para que Richard ayudara a Scott-Heron a salir de su espiral y volvier a la música. Al principio Gil Scott-Heron no fue muy partidario. Siempre ha insistido que el mérito fue de la insistencia de Richard Russell, aunque como es obvio influyó bastante la obligación de elegir entre seguir en prisión o refugiarse en la libertad del estudio. En 2007 Gil Scott-Heron anuncia que tiene el VIH, pero lejos de venirse abajo vuelve a los escenarios.
Aproximadamente a mediados de la primera década de los dos mil, el mismo año o un año antes de que se produjera el encuentro de Scott-Heron y Russell en la prisión de Riker Island, un chico de unos 17 años llamado Jamie Smith conocía en la escuela Elliot de Londres a Romy Madley, Oliver Sim y Baria Qureshi, con los acabaría formando el grupo de rock The XX que forjaría su identidad en algún garage o local de ensayo. El joven Jamie sería el batería y productor del grupo, pero en vez de una batería de piezas usaría un MPC.
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JXX x RR x GSH: de smith a xx · plegando el espacio tiempo · el nuevo aquí
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No he conseguido encontrar la fecha exacta del nacimiento de Jamie Smith, pero por distintas referencias se puede interpretar que rondaría un año abajo o arriba de 1990, es decir, a un año de diferencia de la publicación de «Space Shuttle» de Gil Scott-Heron y de la fundación de XL Recordings. Siendo menor montó su grupo The XX, y muy probablemente siendo menores firmarían su primer contrato discográfico con el sello independiente Yung Turks, gracias a ganarse un nombre en el denso y creativo circuito musical londinense.
El incipiente sello independiente grababa algunos de sus discos en XL Studio, el estudio de XL Recordings. El estreno de The XX no sería una excepción. Por su parte, Richard Russell seguía publicando música y añadía al catálogo de su sello los nombres de Adele, The Cool Kids, Vampire Weekend, Radiohead, o el canario El Guincho. Como decíamos XL Recordings se había convertido en el sello de autor que comentábamos se estaba perfilando, y la noticia sobre la inminente vuelta de Gil Scott-Heron no hacía más que confirmarlo.
El año que se anunció dicha vuelta, 2009, es en el que la vida de los tres artistas, y por lo tanto esas tres generaciones, se funden. Cuando el río suena, agua lleva, y la BBC Radio dedica a Gil Scott-Heron un programa documental titulado «Pieces of a Man», al igual que el disco que publicó en el ‘71 de la mano del sello Flying Dutchman. Es en ese programa cuando Gil comunica que está trabajando en un nuevo proyecto y hace algo que puede que nunca imaginara que llegaría a hacer: anunciar su página web en la que estará toda la información y en la que se podía escuchar el primer single: gilscottheron.net. El single era una versión del ‘Me And the Devil Blues’ de Robert Johnson adaptado por Richard Russell y Lawson White (del que hablaremos algo más adelante).
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A la par que Russell trabajaba en la misteriosa vuelta de Gil Scott-Heron, observaba como un diamante en bruto llamado Jamie XX comenzaba a trabajar con su grupo The XX en el estudio de su sello discográfico. Aquel chico tenía algo más que un MPC. A pesar de la composición rockera de su banda, con su toque en la producción impregnaba una personalidad muy electrónica a la música del grupo. Para promocionar el disco, Jamie Smith hace una sesión para FACT Magazine poniéndose por primera vez el apellido artístico XX tras su nombre de pila. En la sesión incluyó una producción suya y tres remixes, que no hacían más que alimentar las sospechas de Russell sobre el potencial de su talento.
A finales de año The XX lanzan su disco debut «XX» con un muy buen recibimiento por parte de público, crítica, y negocio. Tenían un interesante juego entre voces masculina y femenina; una música relativamente sencilla que a pesar de ser fácilmente escuchable no descuidaba los detalles; y además su batería usaba un cacharro, bizarrada que haría las delicias de los críticos y oyentes curiosos. La combinación de esos tres elementos rápidamente impacto a nivel internacional, más allá de lo que seguramente el joven Jamie e incluso Richard Russell esperarían mientras se gestaba el disco.
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GIL SCOTT-HERON: i’m new here
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Antes del «Yeezus», y antes del «Watch the Throne» en colaboración con Jigga, muy probablemente mientras trabajaba en «My Beautiful Dark Twisted Fantasy», Kanye West puede que recibiera una notificación de que al otro lado del charco un tal Richard Russell (aunque puede que para Kanye no fuera un tal) iba a usar una muestra de su corte en colaboración con Dwele ‘Flashing Lights’ para la inminente vuelta de Gil Scott-Heron. El Padrino del Rap iba a hacer spokenword sobre un sample del nuevo chico de oro del rap. Una muestra (nunca mejor dicho) más del carácter intergeneracional de la historia que nos ocupa y de la forma tan peculiar que tiene la cultura de retroalimentarse. O más bien, de reinventarse.
En su tardía vuelta, Gil Scott-Heron volvía a tener esa capacidad de transgresión arrolladora. Su voz conservaba la fuerza de su juventud, pero la filtraban tres décadas de sufrimiento y paso del tiempo convertidas en carraspera. Un concepto que supieron captar a la perfección Richard Russell y Lawson White, quién colaboró de forma muy activa en la grabación y producción del disco junto al dueño del entonces ya clásico sello. Su música suena moderna, viva, con fuerza, pero a la misma vez grita rota y castigada como si hubiera vivido demasiado. Como si estuviera demás. Pero no sólo en los sintetizadores y en la producción y mezcla se transmite esa vejez. Russell y Lawson White fusionan en «I’m New Here» de una forma única la electrónica con el folk y el blues, como si se tratara de una revisión actual de aquella música que cantaba al dolor, las penurias y la introspección que necesitan ser difundidas. La mezcla de la electrónica y lo acústico consigue que la voz de Gil Scott-Heron vuelva a transgredir. Su palabra siempre lo hizo.
Teniendo en cuenta esta fusión, el disco se podría clasificar entre los cortes más acústicos, lo más electrónicos, y los que mezclan ambas visiones como ‘The Crutch’, o ‘New York Is Killing Me’, con las palmas, las voces y el acorde roto resquebrajándose con el sintetizador. Los cortes que rompen ese equilibrio en favor de lo acústico, como la canción homónima al disco, o ‘I’ll Take Care Of You’, evocan a un Gil Scott-Heron como el que volaba sobre los pianos de Brian Jackson. Y por último, los que lo rompen por el lado contrario como ‘Where Did The Night Go’, o ‘Your Soul And Mine’, revisión de ‘The Vulture’ de su álbum debut «Small Talk at 125th and Lennox» (1970 – Flying Dutchman). En las que renueva el colchón para el spokenword de Gil Scott-Heron. En el single ‘Me and the Devil’, cuyo videoclip realizado por Coodie & Chike y Michael Sterling Eaton rompió los esquemas a más de uno. En esa versión de Robert Johnson, Gil Scott-Heron simbolizaba su guerra personal con la droga.
El final de la historia imagino que no hará mucha falta explicarlo. Richard Russell comienza a imaginar en su mente «I’M New Here» remixeado por Jamie XX, y de ahí nada ya contamos hasta la review, salvo que el single fue esta reinvención de ‘NY Is Killing Me’.