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Energía Libre: realidades de mil caras

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Erik Urano & Zar1 – Energía Libre

2011 – Urano Players

El arte vive en cuanto sus consecuencias retumban en nuestras cabezas y almas. En una época en la que un trabajo dura lo que tarda en transferirse del escritorio a la papelera de reciclaje, todavía existen obras atemporales. Habiendo superado ya el aniversario es hora de recuperar el que probablemente sea uno de los discos con mayor riqueza de mensaje jamás publicados de rap en español.

Mucho se habló en su momento del particular sonido electrónico (¿o podríamos decir eléctrico?) culpa de Zar1 o de la agradable fealdad al rapear de Erik, con unas estructuras y cadencias que lejos están de querer contentar al oído fácil y que busca armonía. Pero no tanto –o tanto como se merece- se ha destacado la riqueza de un «Energía Libre» que más que un disco de música es un universo de referencias, mensajes, interconexiones y cultura binaria.

Intentar atacar el Energía Libre desde el lado del mensaje es a su vez, una osadía y una obligación. Estamos obligados a hacerlo porque tanto y tan buen conocimiento no puede quedar impune. No podemos dejarlo pasar de largo. Si lo hacemos, la creación musical dejará de ser la conjugación de arte y ciencia para convertirse en engranajes de piezas en cadenas de montaje. Pero es imposible no sentirnos un poco osados, al intentar desmontar el puzzle, sabiendo que nos vamos a dejar piezas olvidadas en la caja…

Los compañeros de Serie B, en su review de este disco, destacaban –pese a todo- la normalidad de los temas que Erik trata en sus letras. Quizás reside ahí la grandeza. En hacer de un asunto cotidiano como desempolvar un par de zapas de la caja o fumarse un porro, algo parecido a un cuadro de Dalí o a una manifestación dadaísta.

«Energía Libre» supuso en su momento poner a los Urano Players en la primera línea mediática del rap en español. Es decir, le enseñó a toda esa hornada de chiquillos que empezó a escuchar esta música en los últimos años quiénes eran. Por si se les había pasado de largo aquel «Voyager’s Rock».

Y curiosamente es un disco difícil. Difícil porque tiene una riqueza de conceptos pocas veces vista. Es un disco que te exige. Que concede pocas concesiones. No lo pone sencillo. Hay que haber hecho bien los deberes para exprimirlo al máximo. Por eso también es un proyecto tan interesante. A nivel sonido, como ya dijimos, no vamos a reinventar la rueda, ni decir nada inédito. La compenetración de Erik y Zar1 es básica. Al buen hacer y a los textos del primero, le acompaña unas producciones completamente acertadas.

Quizás por todo esto hemos querido hacer algo distinto con «Energía Libre». Un disco tan especial no merece una crítica al uso, en la que intentemos descubrir inspiraciones e influencias en los cortes que quizás nunca se dieron. En lugar de ese tipo de gafapastismo, vamos a ir un poco más allá y nos vamos a quedar con el esqueleto puro y duro. Con el mensaje. Hemos querido hacer un viaje por las barras de Erik, por las realidades que el de Valladolos nos escupe.

Pero no somos rapgenius ni vamos a hacer los deberes por nadie. Sólo hemos plasmado las sensaciones que nos produce un disco lleno de frasazas que nos dejan loco. Como el propio disco, la manera en que desmontamos «Energía Libre» también es muy personal. Pero pensamos que era necesario hacerlo. Por lo menos después de escuchar Génesis, nos diésemos cuenta de por donde iban a ir los tiros. Y es que pocas frases funcionan tan bien a modo de declaración de intenciones como “Tengo visiones como El Bosco y las plasmo en un micrófono”…

Metamusicalidad

En los últimos dos años se ha dado una tendencia a la metamúsica en el rap en español. Pero es una metamusicalidad perversa. El utilizar la música para hablar de música ha acabado en un recurso fácil como el del name dropping, que sirve para que chicos de quince años nos taladren el pecho con su dolor y su drama. A título personal se nos hace difícil empatizar con dichos problemas, porque desconocemos las dificultades que Cormega vive en su día a día, si es que vive alguna.

No es que Erik Urano re-invente el juego de las referencias, pero el catálogo de nombres que circula por la autopista espacial del Energía Libre es infinito. Desde las más básicas y que no se mueven de la comodidad de rap (Mi rutina está basada en menudeces como Elsso Rodríguez / Voy por Vallladolor el drama, escuchando Snow de Roc Marciano / Escuchando el One Plus One de Nas y Large Pro / (…) suena en los cascos “Can I Kick It?” / nacido eléctrico como AntiPop Consortium) hasta visitas a otros estilos y géneros musicales, como puede ser el caso de la electrónica (niños me miran y sonríen con la cara de Aphex Twin / alquimista convierte el ruido en dulces vibraciones como Kraftwerk ).

En ocasiones el rizo gira y gira y gira y es posible encontrar dobles juegos de palabras tirando de conocimiento musical, o incluso recupera para sus letras nombres que se quedan demasiado lejanos para el oyente medio de rap en español, como sucede al acordarse de grupos como Atari Teenage Riot o la banda española Aviador Dro (mira mi entorno, como Aviador Dro, es nuclear sí, por supuesto). En otras ocasiones las realidades se cruzan creando metáforas únicas (control del mundo desde el mando de un Atari en 8 bits como Crystal Castles, anemia y ruina como un saharahui, mientras me aburro te entretengo como Diploide).

En otras partes del álbum, este nuevo name dropping vuelve a la sencillez y simpleza pero sin renunciar por ello a la riqueza de significado. (progresivo como el Dark side of the moon o tu vicio al perico / Nos quieren bajo tierra como a Emir Kusturica) y en otras simplemente tira de temas y discos para jugar con los títulos y las palabras (después del Big Bang vino el odio, como Bonobo, animal mágico en esta jungla de cifras y códigos). Y dejamos para el final una de las más sublimes, el homenaje a “La Voz”: “Y yo voy fuerte, como Héctor: hacha y machete”.

Jumpman’s, swoosh y ropa técnica

En un juego en el que todo el mundo se autodenomina sneakerhead por comprar re-ediciones de la Jordan Brand en 2012, Energía Libre y Erik Urano pusieron el acento en lo que supone apilar cajas.

Desde modelos míticos (Con Orange Bud y unas Infrared / en el suelo Max 90, en el cielo lineas, pájaros de acero, ladrones de lluvias / desgasto unas Light como ruedas sus jeeps ) hasta verdadero amor por lo retro (con Fila, cámas de aire y mi hombre Rodríguez / soñando con esas OGs de los 80 / multicolor, como chándal en los 80).

Quizás una de las mejores figuras literarias de este Energía Libre sea aquella que dice: Armas de desinformación masiva y yo pensando en esas air max, o en la pila de Bagdag, mi fluidez es intuitiva, sobre el suelo como sombras o bajo el agua como Atlántida. Un claro ejemplo de cómo la moda urbana no tiene porque ir ligada con conceptos como la frivolidad o superficialidad. Y es que vivimos la época en la que podemos calzar pares de 150 euros y carecer de cualquier tipo de futuro o posibilidad de pensamiento autónomo.

Las referencias al mundo de la moda urbana no terminan aquí y son constantes en todo el disco. Simples (Es North Face o cuero) o más complejas y en las cuales la ropa es sólo una excusa para transmitir una idea superior (Combinanos sueños de tejidos ocres con tecnología Casio / Escupo diamantina con la piel de táctel y el amor de neopreno).

Arte y cultura

Por si las voces críticas que acostumbran a rodear el rap apareciesen, los palos que Erik Urano decide tocar en sus letras no se limitan a campos nada originales como puede ser el propio rap o las zapatillas. Arte, cine, literatura, filosofía… También hacen su presencia en Energía Libre. A veces con fines puramente estéticos, y otras con fines puramente conceptuales. Y en ocasiones en un punto medio.

Del mundo de los 35 milímetros nos vamos encontrando fotogramas constantemente. A medio camino entre la literatura y el cine encontramos a Hunter S. Thompson, el miedo y el asco en mi ciudad y sus pelis con los ajos. La capacidad de una de las parejas de hermanos más creativas para pintar desgracias comunes también queda patente: La vida es puta como en un guión escrito por los Cohen. O simplemente name droppin’ común y corriente: alado hijo del sol pensando en como ser John Malcovich. O recordando al enfant terrible de Hollywood: sin futuro a corto plazo como Charlie Sheen. Will More fue uno de los actores que mejor reflejaron en su momento el espíritu de la movida madrileña y el cine no-comercial. Y también de él y de su “Arrebato” se acuerda Erik Urano: Arrebatado como Will More, en una continua deuda con la vida, como el gobierno con los bancos, doy caladas al amparo de notas locos y gatos como Alicia, consumo mi dosis diaria de running de los 90. Una frase brutísima en la que pasa del cine al sneaker game pasando por la literatura a través de la obra de Lewis Carroll.

Las perlas sobre el noble oficio de escribir tampoco acaban aquí y podemos encontrarlas en varios puntos del “Energía Libre”. Desde versos como sencillo y sofisticado como un Haiku hasta Orwell mediante mi propia guerra de los mundos en tu oído. Un alivio encontrar autores mínimamente distintos, en una escena que lo único que parece conocer sobre literatura es Bukowski. Y  si hablamos de realidades poco tratadas, tampoco es que el mundo del arte sea una constante en las letras de raperos. Por eso encontrarnos con lineas como “puse colores como Warhol” suponen una grata sorpresa.

Figuras literarias

La riqueza de «Energía Libre» no se basa sólo en name droppin’s rebuscados. Si antes decíamos que era uno de los discos más trabajados a nivel de mensaje, es porque las barras que Erik se suelta aquí, nos trasladan a otros géneros literarios por la riqueza de sus figuras. Es éste un LP que gana mucho con sucesivas escuchas, volviendo una y otra vez sobre los cortes intentando rascar nuevos sentidos que se nos pierdan en las primeras escuchas. Y gran parte de culpa lo tiene la originalidad y el talento de Erik al escribir. Metáforas, hipérboles, personificaciones…

Como la luna te mostré mi mejor cara y mil hipótesis contradictorias”. Una muestra de algunos versos muy interesantes. Mediante una simple comparación, consigue pintar una metafora

Merece la pena destacar también una temática que en los últimos tiempos ha llegado a saturar el panorama mensajístico del rap en español. Da igual que hable sobre marrón o sobre verde, de interior o de exterior en el caso de ésta última, que se refieran a ella con argot o en otras lenguas… ha habido una sobreexposición a todo lo que tenga que ver con el universo cannábico.

En Energía Libre podemos ver sin embargo podemos escuchar algunas de las mejores barras que se hayan escrito sobre esta temática. Y la culpa es de estas figuras literarias. Y es que hay todo un horizonte más allá de rimar «cream» con «weed«.

Desde “galaxias de cartón, golpean mi pulmón como un MPC 2500”, donde podemos encontrar desde una comparación, hasta una personificación/cosificación/metáfora para dar lugar a un juego literario profundísimo, hasta más metáforas como “burbujas púrpura entre el índice y el corazón”. En otras ocasiones, Erik nos dice de una forma totalmente original lo que muchos otros nos rapean con las mismas formas de siempre: “medio huevo y sed de glucosa”.

Activismopolítico

En los tiempos que corren, de sobres, corrupción permitida y falsos movimientos humanos, «Energía Libre» también incluye en su interior ciertas barras que definen a la perfección la realidad de lo que está pasando en nuestro país. En ellas Erik describe el conformismo social que estamos atravesando, de una forma mucho más real que todos los que hacen triángulos con las manos y nos acusan de vivir bajo el yugo Illuminati:

“si cuanto más me asiento me siento menos cómodo, entre putas votando en democracia nuestros proxenetas”

“hago colas de tres horas para que me elijan la correa porque el bozal ya lo trajimos de la escuela”

apoyándose en las leyes te vendieron al mejor postor”

«la cueva de Platón versión urbanita»

“si una mariposa aletea sus alas sobre Wall Street en Haiti caen 8.000 cuerpos”

“de perros del estado como ovejas Dolly”

“embargaron tu conciencia, era parte del plan. Hoy los gorriones en mi bloque vuelan alto”

“policías invaden y abusan como cascos azules de la OTAN”

 

«en la tele confusión, en el agua floruro de sodio»

Y podríamos seguir. En un género musical tan «especial» como el rap, intentar sentar cátedra sobre lo que quiere transmitirnos un mc, es una chorrada. Por eso para cerrar esta crítica de «Energía Libre», os dejamos algunas de las líneas que más nos flipan. Y que cada cual entienda lo que quiera.

“A ese niño dale un macbook, no una Mac10”

“escupiéndote galaxias de colores”

“movimientos agresivos como bailando dubstep, vibraciones en tu glándula pineal de vuelta a keli”

“observo a tres chinos vigilar el ciclo de una tragaperras”

“mi retina polaroid 44, convirtiendo el amor en logaritmos, me adapto al cambio”

“Chawen abriéndome el pecho como científicos en Rosswell, como a Kennedy apuntándome en la nuca, porque traje el rock de Urano como Morrison y Hendrix»

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