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Ice Cube avivando tensiones con Black Korea. Behind Bars #03

 

 

Tras este diálogo extraído de la aclamada película de Spike Lee, “Do the Right Thing”, comienza Black Korea.

Desde los tiempos de N.W.A. las letras de Ice Cube se han caracterizado por desprender toneladas de ira, crudeza y odio. (Seguro que todos nos estamos acordando de Fuck the Police.) Por supuesto, su segundo disco en solitario, “Death Certificate” (1991), no es una excepción, es más, posiblemente sea el disco más polémico de su carrera. Grabado en la época de la Guerra del Golfo y rebosante de violencia y racismo, el disco entero parece una advertencia de lo que se estaba gestando en la comunidad negra y que acabaría desembocando en los famosos disturbios de Los Ángeles el año siguiente, pero hoy voy a centrar este Behind Bars en sólo uno de sus tracks.

A pesar de su corta duración, Black Korea es uno de los temas más controvertidos del álbum. De hecho, si miras el tracklist por primera vez, seguramente pensarías que Black Korea es un skit sin gran importancia. 46 segundos. Sólo 46 segundos le hicieron falta a Ice Cube para avivar con fuerza la llama del odio hacia toda una comunidad: la coreana.

Para nadie en Estados Unidos era un secreto la tensión racial existente entre coreanos y afroamericanos. El historial de confrontaciones entre ambos, especialmente debido al trato percibido por los primeros en las tiendas de propietarios de origen asiático, es interminable. Pero hubo un episodio clave que hizo explotar definitivamente a la comunidad negra, y después de éste es cuando Ice Cube decidió plasmar toda su ira contra los coreanos en esos 46 segundos, los 46 segundos de Black Korea.

El episodio en cuestión es el del asesinato de Latasha Harlins a manos de Soon Ja Du, una tendera coreana en Los Ángeles, en marzo de 1991. Latasha, una niña de quince años, entró a la tienda para comprar un zumo de naranja, metió la botella en su mochila y se dirigió a la caja, dinero en mano, con la intención de pagar. Entonces, tal y como mostraron las cámaras de seguridad, la dueña la agarró por el jersey zarandeándola y comenzó a gritarle acusándola de intentar robar, ella indignada empezó a golpear a la mujer repetidamente y le tiró la botella hacia el mostrador como último gesto de su ira. Cuando Latasha se alejó unos pasos, la coreana sacó una pistola y le disparó en la nuca, matándola.

Este deplorable hecho encendió aún más los ánimos de la comunidad negra que en los días siguientes se manifestaba ante la tienda pidiendo su cierre y llegando incluso a quemarla. Pero la gota que acabó colmando el vaso no fue exactamente el asesinato en sí, sino la increíble condena que le fue impuesta a Soon Ja Du, su asesina: enfrentándose a 16 años de cárcel, fue finalmente condenada por homicidio voluntario a sólo cinco años con libertad condicional, 400 horas en trabajos para la comunidad y 500$ de multa, considerando que la Sra. Du actuó bajo provocación.  Esto fue tomado como una sentencia irrisoria que demostraba la indefensión de las personas de raza negra frente a la justicia: puedes matar a una niña negra, parece que no importa demasiado.

 

 

En medio de todo ese abuso nace Black Korea, un retrato -algo partidista- del conflicto que vivían negros y coreanos en los ghettos, una vía de escape para la voz de Ice Cube que grita a los cuatro vientos que está harto de que le traten como a un ladrón cuando entra a comprar en una tienda de propietarios coreanos:

“Thinkin’ every brother in the world’s out to take, so they watch every damn move that I make, they hope I don’t pull out a gat and try to rob, they funky little store, but bitch, I got a job” … “So don’t follow me up and down your market”

 

Aunque pueda parecer gratuito, tras todas esas malas formas, existe una realidad por la que toda la comunidad estaba indignada: los prejuicios de los coreanos hacia la raza negra, muchas veces importados de antes de su emigración a los Estados Unidos. En esos pocos segundos, Ice Cube resume todo el resentimiento de su raza y pide, en su tono amenazante, respeto hacia ella:

“Soy pay respect to the black fist or we’ll burn your store, right down to a crisp”

 

Cube profetizó parte de lo que pasó durante los disturbios de L.A. en 1992, la tienda de Soon Ja Du fue quemada de nuevo, y nunca volvió a abrirse, además, otro gran número de tiendas de orientales  (aunque también de no orientales) fueron atracadas y destruidas brutalmente.

 

 

La tensión racial entre las dos partes tiene origen en la década de los 70, cuando los comerciantes coreanos empezaron a emigrar a los Estados Unidos para intentar vivir el sueño americano. La mayoría se topaban con que los únicos emplazamientos que podían pagar para instalar su negocio eran los situados en los ghettos, y así comenzó todo. Los habitantes afroamericanos sentían su ya precaria economía amenazada por la rápida expansión de las tiendas coreanas en su territorio. Los veían como el enemigo que venía a hacerse rico a su costa: “One-penny-countin motherfuckers” los apodaba Ice Cube en Black Korea. Eran también criticados por no contratar personas de raza negra, posiblemente de forma injusta, ya que sus dificultades económicas, muchas veces sólo les permitían trabajar sus tiendas como un negocio familiar. A su vez, los propietarios orientales llegaban ya con el estereotipo del negro delincuente grabado en su mente. Esto, unido a las dificultades que conllevan la diferencia de idioma, fue forjando la inevitable relación de desconfianza que describe Ice Cube en su tema.

El caso de Latasha Harlins llevó el conflicto al más extremo caos, haciendo crecer exponencialmente el odio entre ambas partes hasta tal punto que los líderes de las comunidades negra y coreana, apoyados por la NAACP (Asociación para el Progreso de las Personas de Color) emitieron un comunicado de prensa llamando a la paz:

“Nos preocupa que este violento incidente agrave la relación entre afroamericanos y coreano-americanos. La muerte de Latasha nos invita a unirnos como una comunidad multicultural y emprender el duro camino de aprender a vivir con gente distinta a nosotros”

 

Por eso, Black Korea fue juzgado hasta la saciedad al ser visto como una forma de agravar el conflicto innecesariamente. Hacer un tema con tanto rencor y desprecio en un momento tan delicado como ese era muy peligroso. De hecho acabó siendo profético.

Sin embargo, a pesar de ser duramente criticado, Black Korea no marcó ni un antes ni un después claro en el conflicto. Mucho antes de Black Korea esta problemática racial ya había sido retratada en el cine tal y como podemos comprobar en el vídeo con el que se inicia este artículo, además de en alguna otra escena de “Do the Right Thing” (1989): recordaréis una secuencia del film que recrea una conversación entre tres hombres negros sentados en la calle frente a la tienda coreana:

“Fijaros en esos cabrones coreanos del otro lado de la calle, no hace ni un año que llegaron en barco y ya tienen una tienda en propiedad. Hace sólo un puto año que se bajaron del puto barco y han montado un negocio en nuestro barrio, un buen negocio. O esos malditos coreanos son unos genios o vosotros sólo sois unos negros tarados.”

 

Y una vez pasado el episodio Latasha y los disturbios de L.A. en la gran pantalla se continuó plasmando este tipo de conflictos incluso en comedias como “Los Colegas del barrio” (1996) o de forma más bestia en la escena inicial de “Menace II Society” (1993) donde se palpa desde el primer instante el odio entre ambas razas.

A pesar de todo, no sería justo acabar sin comentar que gracias al trabajo de organizaciones como las nombradas anteriormente, en la actualidad, afroamericanos y coreanos han aprendido a conocer un poco más las culturas de ambos y respetarlas, consiguiendo disminuir el grado de este conflicto racial.

Por su parte, Ice Cube, impulsado por toda la controversia nacida en torno a Black Korea, realizó unas declaraciones donde hablaba de su intención de usar siempre su música como una vía informativa:

“La realidad es que los negros no tenemos un medio de comunicación en el que confiar, por eso tenemos que hablar de estos temas en los discos de rap. Hablo de estos problemas en mis letras para que los chavales sepan lo que está pasando, porque sé que hay muchos jóvenes que no ven las noticias” pero también reconocía que sus palabras no debían ser tomadas como algo general “Black Korea es sólo mi observación de cómo algunos comerciantes coreanos tratan peor a los clientes negros.”

 

ice cube black korea

 

Finalmente, nada pudo impedir que toda la injusticia en el caso de la Sra. Du, fusionada con otras de las que ya hablaremos, acabara con la paciencia de los afro-americanos y en 1992 se produjeran unos de los disturbios más bestias de Los Ángeles. Pero de estos disturbios prometo hablar en un próximo Behind Bars.

NOTA: Como curiosidad, uno de los mc’s que más se ha referido al incidente de Latasha ha sido 2pac. En el inicio del clip de Keep ya head up aparece el siguiente mensaje: “Dedicated to the memory of Latasha Harlins, it’s still on” y además la recuerda en varios temas como en su famoso Thugz Masion: «Little Latasha, sho’ grown, tell the lady in the liquor store that she’s forgiven, so come home» o en I wonder if heaven got a ghetto: «Here on Earth, tell me what’s a black life worth, a bottle of juice is no excuse.» entre otros.

 

Texto por Lady R

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4 comentarios en «Ice Cube avivando tensiones con Black Korea. Behind Bars #03»

  1. Esto está muy bien pero que los negros tuviesen conflictos raciales con los coreanos y viceversa es fruto de la incultura de ambos (de las personas que estuviesen en esa situación, por supuesto no me refiero de toda la comunidad negra o toda la coreana) y de la situación de «dificultad»(por usar un término que resuma y no alargar esto) en la que los obligaba y obliga a vivir su nación. Es lo mismo que los españoles que ahora piensan que los chinos les quitan el trabajo y antes lo pensaron de los negros, de los rumanos, etc. salvándo las diferencias contextuales claro está. Lo que quiero decir es que por mucho que Ice Cube (mito para mí) lo plasmase, continúa siendo un pensamiento de zoquete. La generalización de problemas con distintas personas de una etnia a la etnia propiamente dicha es un pensamiento primitivo

    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, cualquier odio racial es detestable y se debe en mayor parte al desconocimiento de otras culturas, multiplicándose en situaciones de marginalidad o pobreza como era el caso de los ghettos americanos y que se agrava con el acceso a las armas. Pero si nos ponemos a hacer un análisis a fondo, como tu dices, la cosa se alargaría demasiado y por eso yo me centro en explicar el porqué (triste quizás) de que Ice Cube hiciera este tema, que al fin y al cabo es lo que intentamos en la sección Behind Bars.

  2. si, si, si sé que tu intención es esa y esta sección me flipa, me parece un trabajo encomiable. No lo digo porque crea que tu artículo vaya en otra línea ni nada, es solo que tengo la sensación de que, a veces, cuando la persona que hace «algo» es para uno un «ídolo» o un referente, tendemos a olvidarnos de que por mucho que lo haya hecho esa persona, ese «algo» no es plausible. A mí al menos me pasa. Era por eso. En cuanto al artículo me parece la ostia, igual que todo lo que estáis haciendo.

  3. un referente cinematográfico de este beef multicultural lo podemos encontrar en Crookling (Spike Lee, 1994) donde el conflicto se ve representado en muchas escenas

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