Martes 10 de Marzo de 2015 · 22:00h
Sala: El Sol (Madrid)
Precio: 18€ Anticipada · 22€ Taquilla
Organiza: SON Estrella Galicia & HeartOfGold
Fotografías por P.delaVega.
Eli ‘Paperboy’ Reed volvía a Madrid un año después de su actuación en Black is Back Festival 2014, aunque esta vez con menos músicos acompañándole en el escenario. De la completa banda con la que el año pasado nos dejó boquiabiertos a aquellos que, habiendo escuchado su música de estudio, esperábamos otro tipo de show menos virtuoso, ha cambiado a un trío con el que rememora el décimo aniversario de la grabación de su primer disco “Walkin’ And Talkin’ (And Other Smash Hits)” (2004 – Autoeditado). Acompañado por Noah Rubin a la batería y Jake Leckie al contrabajo, y tras haber girado en los días anteriores por Burgos, Gijón, Santiago y Sevilla, Eli ‘Paperboy’ Reed llenaba casi por completo la Sala Sol.
El concierto lo abrió el madrileño Juan Zelada, al que no le costó demasiado ganarse al público que había llenado ya una buena parte de la sala. Sin más compañía que una guitarra acústica y un teclado que iba alternando en función de las canciones, cantó lo que imagino será parte de su repertorio (todo en inglés) muy enfocado al blues y al folk. A pesar de actuar solo, llenaba perfectamente el escenario y aprovechó muy bien el tipo de vínculo que se puede alcanzar con el público siendo solista, ya que realizó algún juego con al que éste respondió muy bien, llegando incluso a cantar a modo de bis el final de una canción suya mientras él abandonaba el escenario.
Eli ‘Paperboy’ Reed y su trío se hicieron de rogar lo suficiente para poder cambiar la cerveza, ir al servicio, o comprarse alguno de sus vinilos o cd’s en el chiringuito que habían habilitado en la sala. Los primeros en coger posición fueron Jake Leckie y Noah Rubin, y muy poco después Eli ‘Paperboy’ aparecía en el escenario con una guitarra en la que se podían ver sus iniciales: EPR. Si alguien fue esperando ver en directo algunos de los éxitos recientes que han colocado a EPR en el actual ojo del huracán del rock & roll (así muy genéricamente), hoy no era el día. Lo que pudimos ver en la Sala Sol fue un auténtico y puro concierto de blues, rythm & blues y rock & roll. El trío repasó por completo “Walkin’ & Talkin’”, pero añadiendo un plus realmente significativo en cuanto a la extensión y progresión de los temas, pues prácticamente en todas las canciones pudimos disfrutar de solos ya fuera para cerrar la canción, para introducirla, o como puente. A esto había que añadir que la voz de Eli estaba ligera y acertadísimamente filtrada para que tuviera esa textura añeja que acabara de trasladarnos muchísimo más allá de la publicación de su primer disco. A aquella época en la que grababan y cantaban en televisión los artistas que fueron referencia para él.
Arrancó igual que el disco, con ‘I Just Go To Know’, y tras un par de temas, agradeció la asistencia a los allí presentes en castellano, a lo que una voz del público gritó -¡maestro! A Eli le cambió la cara, como si conociera bien el significado de esa palabra, y dijo –Maestro! I like that! Empezó a interpretar ‘The Tips of My Fingers’, con algunas parejas abrazándose tiernamente, y rompió la ternura para poner a bailar al público de forma más eufórica con ‘Something You Got Baby’. Uno de los platillos se movió y quedó en diagonal al palo que lo sujeta, lo que provocó la sorpresa del batería y el contrabajista, que se miraron en principio asustados, pero que después sonrieron sin colocarlo, teniendo que levantarse el batería de la silla en un par de ocasiones para poder golpearlo. Mientras seguían tocando, y seguramente cansado de levantarse, Noah Rubin lo colocó mientras Eli cantaba únicamente sobre sus golpes al aro de la caja y un walkin’ que marcaba Jake Leckie en el contrabajo. Al acabar el tema el batería y el contrabajista seguían riendo, y Eli les miro como diciendo –¿de qué no me enterado?. Un gesto del batería bastó para que Eli comprendiera que se le había descolocado el platillo, y riéndose ambos EPR le invitó a tocar el siguiente tema con el platillo descolocado. Noah le hizo caso descolocando el platillo, Eli le pegó una palmada, y a por la siguiente: ‘Don’t Let Me Down’. Situaciones que facilita la intimidad de un trío.
Tras tocarla volvió a dirigirse al público y, esta vez en inglés, dijo que una de las cosas que más le gustaba de España era que éramos muy bluseros y que muchas veces cuando viene aquí recuerda el primer blues que tocó en la calle. Rubin volvía a colocar el platillo en su posición, Eli sacó la armónica, y tocaron un blues que quizá sea cosa mía pero sonó más psicodélico que el resto del concierto. Sin guardar la armónica, le siguieron ‘Woman Woman Blues’ y ‘Fat Mamma Rumble’, que acabó con un solo de armónica y una nota que tras suspender largamente bajo la atenta mirada de la sección rítmica, cambio para dar paso al siguiente tema entre las sonrisas de complicidad de sus acompañantes en el escenario.
Parecía que este era el concierto de las adversidades, porque una cuerda de la guitarra de Eli partió y comenzó a destensarse. Él se dio cuenta, el batería y el contrabajo también, y sin perder el ritmo Eli empezó a probar notas para ver con cuales podía suplir la cuerda rota. Una vez hallada la fórmula, y sin que parte del público se diera cuenta del detalle, arrancó la cuerda de un golpe de púa y siguió tocando el tema hasta el final con la mirada cómplice de sus dos acompañantes. Al acabar el tema, éstos se retiraron, y Eli se quedó sólo con la armónica para interpretar otra canción.
Que un concierto de EPR era un show ya lo sabía de antes, pero que tiene esa capacidad para solventar errores puntuales con experiencia, categoría y humor lo aprendí entonces. La parte más ‘show’ en sí misma estaba a punto de llegar con ‘You’re Gonna Make Me Cry’. Tras la primera parte del tema, Eli se quitó la guitarra y la americana y se paseó por el escenario hablando con esa forma peculiar con la que lo hacían a través de los tubos de imagen en blanco y negro los artistas que para él fueron referencia. Dolido, prácticamente llorando, y transmitiendo al público el sufrimiento de un desamor, Eli hablaba con ese amor imaginario que no le comprendía, llegando incluso a pegar palmadas a la tarima arrodillado sobre el escenario. Un auténtico tributo a los corazones rotos del rock & roll. Tras este corte presentó a sus acompañantes, y tocaron ‘Walkin’ & Talkin’’ para irse al acabarlo como si el concierto fuera a finalizar. Cómo es lógico, y más viendo que la reacción del técnico de luces no era iluminar la sala, el público pidió otra y los tres componentes salieron para tocar ‘Shake Your Moneymaker’ de Elmore James y ‘Take My Love With You’.
Lo que quedó claro en la Sala Sol es que el talento de EPR es lo suficientemente versátil como para montar un show espectacular con un batería, un bajista, un guitarrista de apoyo, un teclista y una sección de vientos; y hacerlo también con la intimidad y libertad que da un trío. Para un servidor sigue siendo una pena que ese virtuosismo no se muestre tan arrollador en el estudio, pero mientras siga andando una vez al año por España no me importará demasiado.