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Freddie Joachim devolviendo amor, «Begonia»

Creo necesario hacer una breve introducción de Freddie Joachim para que aquellos que no le hayan seguido la pista puedan contextualizar mejor su música. Freddie nació a principios de la década de los ’80 en Filipinas, pero la vida hizo que tuviera que hacer las maletas y de mano de su hermana emigrar a Estados Unidos, asentándose finalmente en San Diego (California). Ferviente coleccionista de música negra en todos sus estilos, en el ’96 cuando tenía más o menos quince años y discos como “All Eyez on Me” de 2pac, “Endtroducing…” de Dj Shadow“Illadelph Halflife” de The Roots, “Reasonable Doubt” de Jay-Z, “ATLiens” de OutKast, “Beats, Rhymes and Life” de ATCQ (grupo que confiesa es una de sus mayores influencias), “Hell On Earth” de Mobb Deep, o “The Score” de The Fugees ocupaban las estanterías y cubetas de las tiendas de discos, se hizo con unos platos y empezó a mezclar con el objetivo de pinchar en fiestas. Más tarde descubrió Skratch Piklz (la crew de dj’s que encabezan Q-Bert y Mixmaster Mike) y empezó a interesarse por el turntablism, algo clave en su desarrollo como beatmaker. Joachim quería participar en batallas, pero veía que a pesar de sus avances siempre estaba uno o dos escalones por debajo del resto de turntablistas, por lo que decidió explorar otros caminos y empezó a loopear y a combinar esos loops. Así, entrado ya el nuevo milenio, es como la curiosidad por la producción despertó en él.

Como muchos productores de corte jazzy, su música llamó la atención en Japón (cuya tradición de beatmaking está muy ligada a este sonido gracias al trabajo de beatmakers como Dj Krush, Grooveman Spot, el difunto Nujabes o Himuki) y el sello Subcontact editó en 2008 su primer disco, “In With Time”  con colaboraciones de Aloe Blacc, Blu, o Profile del dúo Sound Providers, otra de sus mayores influencias.  Un año más tarde fundó el sello Mellow Orange junto a dos amigos suyos que compartían la afición por el djing y la producción, Question y Yusai, y a través de él aparte de editar su música, han hecho hueco para la de otros artistas como Teeko, Chloe Martini, Ozay Moore o el underrated Ohmega Watts. Si eres amante del formato Boiler Room (mal atribuido porque hubo gente que lo hizo antes, pero para que nos entendamos) puedes echar un vistazo a los Mellow Orange Vinyl Podcast y disfrutar con las sesiones de Freddie en compañía de Question y otros amigos.

Pero antes de meternos de lleno con “Begonia”, si eres un amante de los remixes es imprescindible que fiches cualquier de los volúmenes de sus “Olive Juice” o de sus “The Joachim Remixes” en los que versiona artistas como Toro y Moi, Common, D’Angelo, Floetry, Stevie Wonder, Q-Tip o Jesse Boykins III (pronto más detalle en nuestra sección OG vs RMX).

Freddie Joachim – Begonia

(2013 – Mellow Orange)

“In appreciation for your support, here’s a little something that Freddie Joachim put together to close out 2013 on a good note. Enjoy!”

Así nos presentaba Freddie Joachim “Begonia”, como si saldara una deuda por el amor mostrado hacia su música durante 2013. Aunque sea marca de la casa el sonido jazzy a base de filtrados pianos, sintes y voces, y de baterías cargadas de groove y cuidadas al detalle, probablemente se podría hacer una separación en los trabajos de Freddie Joachim. Por una parte tendríamos sus trabajos de culto al polvo que empezaron en 2010 con “Dust” (Mellow Orange), y que posteriormente continuaron “Dusted” (2011 – Ídem) y “Dusting” (2013 – Ídem), y por otra parte el resto. En el culto al polvo, como es fácil de intuir, la música de Freddie está basada en muestras que además no tiene ningún problema en mostrarte antes de que suene el beat. Así podemos disfrutar de ligeras modificaciones en loops de The Montclairs en Out of Season, de Bobby Womack en Hold On, de Lyn Collins en Talking To You, o incluso en L & H una reconstrucción de la guitarra de Mabon Teenie Hodges en Love & Hapiness de Al Green que consiguió que un servidor la ubicara como una de las mejores adaptaciones de la muestra junto a la que hizo Kev Brown en Songs de su disco «The Alexander Green Project» (2011 – Redefinition Records) junto a Kaimbr. Por otro lado tenemos el resto de trabajos, en el que yo englobaría éste que nos ocupa, y que están caracterizados por un sonido más orgánico inspirado en la música de productores como Dilla, Flying Lotus, AFTA-1, Questlove o Dj Spinna. La máxima representación de este sonido puede que se encuentre en su álbum “Midway” (2010 – Mellow Orange). Eso no quiere decir que Freddie no use muestras, si no que éstas comparten (incluso a veces pierden) protagonismo con los elementos compuestos muy probablemente desde su controlador CME UF5.

The Garden describe a la perfección ese sonido orgánico de Joachim. La muestra de piano te introduce a la canción mientras va construyendo la rítmica (bajo y batería) para después ecualizar el piano quitándole las frecuencias altas y dejándolo en un segundo plano. Así consigue centrar la atención un agudo sintetizador que va rellenando unas partes del compás y luego expandiéndose por las demás hasta que, cuando finalmente ya te ha mostrado la línea entera de sintetizador, devuelve al piano su ecualización inicial, recuperando protagonismo. Después introduce una capa más de sintetizador, más sucia, que se acaba quedando sola junto al piano y el bajo hasta que finalmente las tres capas exceptuando el cierre del piano se pierden en un fade out.

Rain Fall abre con un piano eléctrico pasado de graves que poco a poco se equilibra a la par que varias muestras de voz le acompañan. En este corte se refleja mejor otra de las cualidades de la música de Joachim, el gusto por los pequeños detalles en las baterías. Al contrario que en The Garden donde quizá el elemento más cuidado es esa percusión que abre el corte y suena a maraca de huesecitos que acaba sepultada por el resto de la capas, en Rain Fall el elemento más cuidado es la caja, lo que resalta más por una simple cuestión de importancia en el plano sonoro. En el tratamiento que le da, dejando el primer golpe más seco y acompañando el segundo con unos claps graves ligeramente adelantados, se puede apreciar esa influencia que decíamos del sonido orgánico de Dilla y compañía, sin olvidar ese charles (que podría estar hecho con el sonido de una caja) que marca el contratiempo. En cuanto a la parte melódica del beat, encontramos de nuevo juego con las ecualizaciones de las muestras, otorgando o quitándolas importancia según va añadiendo capas. El momento en el que más capas suenan se pueden distinguir las ya mencionadas capas de voz y piano eléctrico, una nota de guitarra que adorna el cierre de compás, un piano más agudo que cumple la misma función, un sinte que da cuerpo repitiendo la misma nota cuatro veces, y el que se podría considerar sinte solista que suena hasta que silencia la batería para dejarnos disfrutar única y exclusivamente de las capas melódicas.

Pero Freddie Joachim no sólo sabe jugar con los pianos eléctricos y los sintes, y Glass House es el ejemplo más claro en este “Begonia”. La mayoría de la parte melódica está construida combinando los pianos eléctricos con voces que repite cada muy poco tiempo y que acaban dando una sensación coral a la atmósfera bastante lograda. El estribillo lo completan más voces, que incluso me atrevería a decir que están hechas a partir de las mismas que dan la sensación coral pero con otro tratamiento, y unas notas de piano que hacen de puente de un compás a otro. En esta percusión podemos volver a apreciar en la segunda caja de cada compás esa composición de la que hablábamos en Rain Fall, más destacada si cabe gracias a una programación de la batería en la que la importancia recae más en las cajas que en los bombos.

El último agradecimiento es la instrumental del remix que hizo en su día de Day One de Toro y Moi incluido en “Olive Juice (Love Remixes vol. 2)” (2013 – Mellow Orange) y del que nos deja al final el estribillo -I wanna make my life your life, I’ll wake up with you and I’ll give you ride, It don’t matter if it’s cold outside, doesn’t matter if it’s day or night- disipado en el sonido de la lluvia. La misma lluvia que abre el beat acompañada de un loop de batería, unos pianos eléctricos, y un bajo de sintetizador cargado de groove que nos transporta directamente a la costa californiana. En este caso es el bajo quién se lleva todo el protagonismo de la canción, compartiendo quizá un poco con el sinte que entra a mitad de beat añadiendo consistencia al ritmo. En este caso en las baterías volvemos a ver ese tratamiento distinto en una de las cajas, en este caso la última de cada compás que es ligeramente más grave seguramente por compartir espacio con otra. También me gusta el detalle del loop inicial ecualizado perdiéndose en el fondo de las capas pero llenando los huecos libres entre las cajas principales haciendo un juego de redobles bastante rítmico.

En resumen un trabajo corto, pero muy ilustrativo de lo que es su sonido orgánico para aquellos que no tengáis en vuestras playlists música de Freddie Joachim. Lo mejor, que tampoco os supondrá un problema puesto que la mayoría de sus EP’s (no así sus álbumes) son de descarga gratuita por lo que no tendréis mucho problema en acceder a ellos.

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