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‘El infierno puede esperar si el dinero llega limpio’ – Review de Vince Staples “Hell Can Wait”

Ha habido y habrá millones de historias de gángsters en el rap. Billones de barras dedicadas a las calles, las drogas, el gobierno, la violencia, la policía, el dinero, el poder, la miseria, las putas, la muerte, y el champagne: una herencia cultural que ha sido transmitida a través de generaciones. Sí, cultural, porque trasciende más allá de la imaginería que banaliza el conflicto y de lo estrictamente musical convirtiéndose en algo profundamente social, al igual que demostrara el blaxploitation años ha.

Hoy los jóvenes mc’s estadounidenses que viven (o no) esas historias, las narran cada vez desde puntos más variados. Si cogiéramos dos extremos, por un lado estaría la más superficial, vacía, y descontextualizada, características que paradójicamente sirven para contextualizar los valores, ambiciones, y entorno social de los artistas que transmiten esta imagen; y por otro la más profunda y reflexiva (¡vuelve el rap bibliotecario!) que trata de indagar en las raíces afroamericanas, su historia en el país de las oportunidades, y el rol que el joven (y muchas veces pobre) negro estadounidense juega para el estado. Generalmente éstos últimos tratan de lanzar un mensaje positivo de superación, que en ocasiones consigue quitar hierro a un conflicto social que no parece que vaya a desaparecer a pesar de sus esfuerzos. Dentro de esos dos extremos ha habido y habrá infinidad de matices, y la riqueza de Vince Staples es la personalidad de su enfoque, el cual vamos a poder explorar mejor con la salida hoy de su primer largo “Summertime ‘06”, pero que empezó a perfilar de forma más concreta en «Hell Can Wait» tras la publicación de varias mixtapes.

Portada de "Hell Can Wait" de Vince Staples

Vince Staples – Hell Can Wait

(2014 – Def Jam Recordings)

Entre el tema de apertura ‘Fire’ (prod. Anthony Kilhoffer) y ‘Screen Door’ (prod. Hagler) puedes hacerte una idea bastante exacta de cómo fue la adolescencia de Staples, ya que te sitúa en sus trece años antes de hacer el viaje a Atlanta que da nombre a “Summertime ‘06”. Un chaval que vive consciente de la falsa promesa del estado de que la educación es la vía para tener un futuro prometedor -school couldn’t get me into heaven / and heaven couldn’t get me in a bitch bed-; con una madre que le tuvo siendo menor de edad -my momma had me where them babies havin’ babies at…- lo que condicionó de forma determinante sus futuras decisiones; y un padre que era el responsable de que la puerta de casa fuera noqueada a diario, ya sea por la visita de consumidores, de distribuidores, o de la policía con una orden judicial de registro –he was in the alleyway, that’s what he always had me say / slangin’ for them bills he had to pay somebody at the door. A esto hay que sumar que su abuelo murió cuando él tenía 12 años, que más tarde fue asesinado su amigo Jabari Benson, y que desde entonces y muy probablemente movido por el odio, su vida siempre estuvo ligada a las bandas formando parte junto a su primo Joey Fatts de Naughty Nasty Gangster Crip (2NGC). La madurez que todos estos problemas dieron a Vince para poder leer todo esto a tan temprana edad, se puede ver reflejada simbólicamente en la post-producción del segundo párrafo del tema, en el que la voz pasa a ser más aguda e infantil, para en la última frase cambiar progresivamente a grave. Pero a pesar de un enfoque tan objetivo, el infierno sigue ahí y puedes caer en él en cualquier momento.

Los niños tienen la opción de ir a clase o de vender en la calle, pero ir a clase no exime de que las balas que vuelan como consecuencia del tráfico puedan acabar en tu pecho, aunque seas un buen estudiante que siempre intento mantenerse alejado de ellas. Realmente los niños tienen la opción de morir jóvenes estudiantes sin dinero en el bolsillo, o morir jóvenes delincuentes con unas Jordan. Sentirte solo en casa delante de un libro, o sentirte solo en un coche con tu banda como Calogero, sin un Sony que te saque a tiempo.

“You alone, car full of niggas but you alone
It’s time to show how much you love your homies
One nigga outside, two niggas up inside the store
One nigga gon’ die, the other two can come along”

Ese modelo de relativa esclavitud lo diseño el New World Order a la perfección para que resultara atractivo al poder convertirse en sí mismo en un modelo de liberación. Pero esta historia de afromericanos esclavos es heredera, musical y socialmente, de la de aquellos que se juntaban en la Congo Square de Nueva Orleans y que dieron vida a las formas más primitivas del jazz, una expresión que con el paso de los años ha ido cambiando el rol del afroamericano en la sociedad estadounidense. Casi un siglo después, los herederos de aquella generación se juntan en la plaza con un rol muy distinto, y que analizado sesudamente sería difícil deducir si mejor o peor. Usando una muestra de jazz bastante primitivo, en la que los plungers hacen sonar los metales como fieras tal y cómo se caracterizaba en al estilo jungle, la muestra del ritmo de Infamous que abre ’65 Hunnid’, segundo corte del disco, parece representar esa asociación.

A su misma vez ese símil funciona como crítica a la actualidad y a los hábitos del afroamericano. Mientras juntarse para alimentar los espíritus trajo la, sin duda, expresión musical más creativa e inspiradora de la edad moderna, juntarse ahora sólo sirve para alimentar los bolsillos y tenerlos llenos hasta que aquel que quiera alimentar los suyos decida meterte cuatro balas en el pecho por unos dollas y gastarse la mitad en una botella de champagne. Es el salvaje sonido de una jungla como la que Vince y los suyos recorren dando palos y vendiendo drogas, y que arde a 65.000 grados, mismo número que la casa de la portada.

«Common sense missin’ from your head when the pressure on
Niggas from my home ain’t enrolled in the college»

A pesar de trazar imágenes en sus barras recurriendo a ese imaginario del que hablábamos antes y que definíamos como aparentemente superficial, Vince no cree en la exaltación de la fiesta del gángster. No hay nada que celebrar en meter cuatro tiros a otro afroamericano pobre y amargar la vida a su familia (aparte de generarle nuevos gastos). A su misma vez, aunque sí profundiza en ese rol del actual joven afroamericano, no cree en el enfoque positivista de las miserias del gángster, y sus alrededores -this was all a part of Huey P. and Bobby prediction. El enfoque de Vince Staples está muerto. Tan muerto como los amigos que perdió siendo menor por los trapis, como Deangelo Lopez, como Tyler Woods, y como otros muchos afroamericanos asesinados por la policía «just a couple they gunned down around the hood». Su enfoque es tan frío como la piedra de las lápidas de esos jóvenes, o como las Air Jordan 3 Powder Blue que calzan cuando colocan ramos sobre ellas. No sé si por asociación de color, pero curiosamente la perspectiva de Vince me recuerda muchas veces a la de Ryu Murakami en su novela ‘Azul casi transparente’ (1997 – Anagrama).


«New shoes with the blue suede
blue suede, the blue suede, the blue suede
Young graves get the bouquets
bouquets, the bouquets, the bouquets
Hop I outlive them red roses
Hop I outlive them red roses
Hop I outlive them red roses
Hop I outlive them red roses»

No obstante, el mérito de esa asfixiante, oscura, y poco esperanzadora atmósfera que se mantiene en prácticamente todo “Hell Can Wait” no es sólo de Vince. La producción del disco es clave para poder encuadrar el enfoque de la historia que nos cuenta. Anthony Killhofer, Hagler y No I.D. (su descubridor y mecenas) hacen un perfecto uso de graves y sintes asfixiantes (no es tanto el caso en el ’65 Hunnid’ que produce Infamous), de percusiones secas que se alejan de la cadencia viva del groove para explorar terrenos más electrónicos, pero sobre todo, intentan no usar muestras que puedan aportar brillo a la música. Cuantas menos capas y adornos tenga, y más denso suene, mejor. Si esos policías están matando a los afroamericanos y poniendo sus manos en alto como versa el estribillo de ‘Hands Up’ (prod. No I.D.), nuestra música no debe de sonar lúcida y agradable, si no estresante y oscura como nuestras vidas –and they expect respect and non-violence, I refuse the right to be silent.

«Payin’ taxes for some fuckin’ clowns to ride around»

Pero tal y como reza el título del disco, el infierno puede esperar y la luz se empieza a dibujar en ‘Limos’, producida por Hagler y en la que colabora en el estribillo su compañera de escudería Teyana Taylor. Un ritmo que transforma ligeramente el estrés en nostalgia, y en el que Vince empieza a mezcla barras dedicadas a las putas y pre-amores con reflexiones sobre esos lujos a los que poco a poco empieza a aspirar por su diplomatura en west-coast gangsterism. No obstante los lujos implican más sacrificios, más movimientos, y a más movimientos más riesgo de que te perforen el pecho. Y bajo la fría lápida y las marchitas rosas los lujos y la vida, por descorazonadora que sea, no se pueden disfrutar.

«Keep your heart in your chest and your head in the stars»

Al contrario de lo que podría parecer tras ‘Limos’, el último corte ‘Feelin’ The Love’ (que también produce Hagler) no tiene nada que ver con ninguna comprensiva ghetto queen que haya conseguido cautivar su corazón. El amor que empieza a sentir Vince es el del público, pero también el de la industria pues, descontextualizado de su infancia, ya se empezaban a mover hilos para la creación de “Summertime ‘06”. Quizá sea tiempo de plantearse un cambio y dejar las calles a un lado. Igual que aprendimos de esos mc’s de finales de los ’80 y principios de los ’90 a tener una mente criminal (en referencia a su name droppin’ de “Criminal Minded” de Boogie Down Productions), quizá sea también interesante aprender del desarrollo de sus carreras y llenarse los bolsillos y pagarse las Jordan con los billes de la industria.

“2006 I said I had to get my money right
Shit I refuse to hear my stomach growl another night”

Eso por supuesto no implica ninguna clase de cambio de enfoque, y así nos lo ha reflejado el single de “Summertime ‘06” titulado ‘Señorita’, y que produce Christian Rich (además de contener un sample del corte ‘Covered N Money’ de Future). El clip, al que pone imágenes Ian Pons Jewell es la exacta representación gráfica de unas declaraciones que hizo en una entrevista a Pitchfork en agosto del año pasado.

Finalizamos esta reseña con las declaraciones y el clip, y esperamos que dejándoos con las ganas de descubrir a este joven artista que todavía tiene mucho que decir en el prometedor y creativo panorama actual del rap yankee.

«La forma en que veo la música, concretamente la urban music, black-people music, como quieras llamarlo… es que nosotros estamos todos en el zoo, y los oyentes son la gente de fuera de la celda. Puedes ver a cinco leones que literalmente podrían destruirte, pero los estás viendo a través del cristal, it’s fun and cute. Pero a pesar de ello no vas a cruzar el cristal porque sabes lo que podría pasarte. Los raperos hacen un precioso zoo de esta mierda. Pero actualmente es algo muy real, no es un juego. Uno de mis amigos murió el mes pasado: cinco disparos por delante en la parte trasera de la casa de su madre, con su hermana de cinco años delante. Tenía veinticuatro años y era un buen tipo, iba a trabajar y jamás hizo daño a nadie. Si esto es de lo que estamos rapeando, ¿cómo no lo sientes?”

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