De Oeno a Jr Ewing, el rey del tag, el rey de las mixtapes. De las latas al plástico pasando por la cárcel. Algunos quizás habéis visto algún graffiti suyo, algunos más habréis quemado algunas de sus mixtapes. Aquí se descubren todas las caras de este polifacético personaje tan importante para el rap de nuestro país vecino.
Antes de Internet, una de las formas más típicas de descubrir nuevos grupos era mediante las mixtapes. Es muy posible que todos los que me estáis leyendo y pasáis la veintena, tuvierais el placer de fliparos descubriendo algún grupo underrated gracias a una de Jr Ewing.
Pero lejos de ser un simple mixer, Jr Ewing es una de las personalidades más importantes y peculiares del mundo del rap en Francia. Ha dedicado su vida entera al hip hop, y aunque quizás en España se le conozca más por sus mixtapes que por sus otras facetas, él fue uno de los escritores más importantes de París, fundó y colaboró en dos sellos discográficos, ha sido dj y manager de La Cliqua y gracias a él muchos han podido tener entre sus manos infinidad de discos americanos. Por eso quiero dedicar este espacio a descubrir gran parte de su identidad a aquellos que no le conocen, porque Jr Ewing, de nombre real Brian Lucas, forma parte de la historia del rap.
Su interés por este mundillo llegó cuando estaba en el cole, gracias a un libro de Geografía, en el cual, al llegar a las páginas de New York, aparecía la foto de un metro pintado, Brian no sabía por qué, pero sintió que eso le llenaba. Después llegó Sidney con su programa “H.I.P. H.O.P.” el primero dedicado completamente a esta cultura, emitido en la TV francesa. Y a partir de ahí empezaron las mochilas llenas de pintura, los paseos al metro, los paseos a Fnac, las cintas de Dee Nasty, los vinilos de Eric B & Rakim… Desde entonces su vida ha girado únicamente entorno a esto, sabiendo aprovechar todas las oportunidades que se le han presentado para poder vivir de lo que realmente le gustaba.
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OENO, DE LAS COCHERAS A LA JAULA
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Brian se crio en un barrio difícil, en pleno apogeo de bandas como los Black Dragons (a los que más tarde se afiliaría). Era una época más violenta que la actual, te podía caer una paliza rápidamente -ahora simplemente puede que te quedes sin tu precioso iPhone. Pero por aquel entonces, ese niño blanco, que creció luchando para que no le robaran la sudadera, consiguió hacerse un nombre a partir de mediados de los 80 a base de bombardear las calles y sobretodo el metro parisino con su tag Oeno, convirtiéndose en uno de los escritores más famosos y respetados de París, incluso entre gente ajena al movimiento. Fue el fundador de la crew VEP (Vandales en Puissance)
Eligió ese aka después de leer la novela Raíces, reformando el nombre del personaje de la enfermera: Oenone. Le pareció que las letras de Oeno se encadenaban bien para dibujarlas y jugar con la simetría de las dos O’s. En los vagones desarrollaría sus letras y su estilo.
Oeno comenzó su aventura en el mundo del graffiti debido a las sensaciones que le produjo la fotografía de aquel libro del cole y acabó enganchado principalmente por el placer que le producía ver rular sus trenes pintados, ver las caras de la gente alucinando delante de un metro suyo. Sin embargo eso, hoy en día, ya no existe “gracias” a las brigadas de limpieza y él no entiende qué motivaciones llevan ahora a los chavales a pintar sólo para hacer una foto y enviarla a una revista.
A Brian se le reconoce también por ser el primero en usar la tinta Corio. En esa época todo el mundo quería saber cuál era su fórmula, bandas enteras le perseguían y acosaban para averiguar la receta mágica de la tinta imborrable, pero los únicos que conocían el secreto eran aquellos que conseguían entrar en su crew VEP, sólo los elegidos.
Un día a destacar en su historial se produjo después de un concierto de Assassin, la cosa se retrasó y, cuando salió de la sala, el metro ya estaba cerrado. Oeno se coló por una rejilla y al entrar en la estación se topó con, ni más ni menos, que 32 metros ahí aparcaditos, tan tranquilos y solitarios. Como todo vándalo que se precie, iba bien armado de tinta y se pintó ¡él solito! los 32 metros, por dentro y por fuera. Al día siguiente sólo se hablaba de eso, todo el mundo flipaba con su proeza.
Pero aunque cueste creer, este no es el episodio más sonado del historial de este loco. El mayor manifiesto de su enfermedad, que además acabó llevándole a la cárcel, fue el famoso bombardeo de la estación del Louvre en 1991, que tuvo una réplica el año siguiente.
Oeno y sus dos colegas Gary y Stem pintaron y taggearon literalmente TODA la estación de metro Louvre, dejando también mensajes para la RATP. Fue tan sonado que lo emitieron en todos los telediarios y todos los periódicos franceses hablaron de ello, incluso se hicieron eco medios internacionales como The Times. Louvre siempre había sido la estación prohibida, una estación demasiado bella en la que por respeto, o por miedo, nadie había pintado nunca y en esta ocasión tampoco otros quisieron apuntarse. De hecho La Gioconda aún tiembla. Era la primera vez que el graffiti en Francia estaba tan mediatizado y a la vez tan condenado. En el vídeo tenéis las imágenes de cómo quedó la estación.
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Brian nunca pensó que podría acabar en prisión por pintar, pero después de varios interrogatorios y de ser investigado y perseguido durante un par de meses, Oeno fue finalmente encarcelado, siendo así el primer escritor francés al que metieron entre rejas. Más que la eficacia de la policía, el mayor culpable de su encierro fue un artículo que se había publicado en la revista VSD titulado “Le roi de tagueurs” en el que se publicó una foto suya a plena página sin esconder su cara, tal como estaba previsto inicialmente.
A diferencia de otros, Oeno no es de aquellos que se jacta de haber estado en la cárcel, a sus 18 años, el mes y medio que pasó encerrado fue muy duro, y debido a que no tenía ningunas ganas de volver, tras salir de prisión estuvo un tiempo prudencial sin pintar y se mudó a New York. De todos modos la cabra tira al monte y más en NY, así que Oeno volvió a las andadas allí y en Francia, tomando la precaución de ir cambiando de aka (Mush, Sen…) Cuando realmente perdió las ganas por pintar fue cuando dejó de ver sus metros rular:
‘Antes yo tenía la suerte de ver ciertas piezas mías en trenes activos. A veces veía trenes que había pintado hacía más de un mes. Sin eso perdí toda la motivación’
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DE LAS LATAS AL PLÁSTICO, DE OENO A JR EWING
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Tras su etapa dedicada al graffiti, era imposible que un yonki como él dejara de estar activo en la cultura, así que decidió montar, junto a otro amigo, su propia tienda de discos: The Lab, situada en el 18ème, con la intención de dar acceso, en Francia, a todos esos discos tan deseados de la escena americana. ¿El problema? Que acabarían yendo a pique porque cuando tenían pocas copias de algunos vinilos, se los quedaban para ellos (sé de más de uno que haríamos lo mismo). No importaba que dj’s como Cut Killer les mendigaran dos copias de un 12’’ para poder jugar, ellos no estaban dispuestos a renunciar a la felicidad de tener un ejemplar en su estantería. Además, The Lab fue la primera tienda en incorporar un par de platos y fue a raíz de esto cuando Jr Ewing (luego os explico cómo llegó este aka) empezó a mezclar para pasar el rato.
Brian siempre había expresado su poco fanatismo hacia el rap de su país que, para su gusto, quedaba a años luz del sonido neoyorkino que le flipaba, (se declaraba por ejemplo gran fan de Mobb Deep). Sin embargo, a raíz de las visitas a su tienda del productor francés Chimiste y la relación de amistad que acabaron entablando, la visión de Brian cambió. Un día el beatmaker le presentó a un boxeador llamado Daddy Lord C y cuando le escuchó meterse unos rapeos quedó alucinado, no podía creer que un francés tuviera un flow tan cercano al americano. Este fue el día que se puso la primera piedra de algo grande. El deseo de Ewing de mostrar al mundo el talento de Daddy Lord C fue el germen de lo que más tarde sería Arsenal Records.
La primera intención no era fundar un sello, sino simplemente editar un vinilo. Y así se publicó el primer maxi de Daddy Lord C y La Cliqua: «Freaky Flow / Les Jaloux» (1994). El disco se vendió muy bien (1.500 copias en poco tiempo), hubo mucho ruido en torno a él y entonces empezaron a llegar las propuestas y todo se fue encadenando. Como curiosidad, más tarde se editarían remixes del maxi, siendo el de ‘Freaky Flow’ mucho más conocido que el propio original.
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El colectivo de La Cliqua se ganó un nombre importante en el panorama francés, y Jr Ewing se convirtió en su dj (ya lo era de Daddy Lord C). Pero a pesar de ser considerado uno de los mejores mixers a nivel internacional, Jr Ewing no era muy habilidoso en cuanto a scratch y demás, por eso acabó cediendo su puesto a Gallegos y pasó a convertirse en el manager del grupo. (No entro en historia y detalles sobre quiénes eran los integrantes de la Cliqua, grupos, mc’s y blablabla porque no acabaría nunca, quizás en otra ocasión, pero no deberías perderte su discografía.) Tras el estreno de su primer EP “Conçu pour durer”, revolucionando el sonido de la época, Arsenal Records se fue convirtiendo en un sello de renombre mediante el que se editaron enormes discos como Ideal J «Le Combat Continue», Rocca “Entre Deux Mondes” o el recopilatorio “Le Vrai Hip Hop”, consiguiendo enganchar a muchos detractores del rap francés.
El problema que encontró un amante del plástico como Jr Ewing, era que su distribuidora daba prioridad absoluta al CD de manera que era imposible que el vinilo llegara a las pequeñas tiendas francesas, por eso decidió participar en la creación de Chronowax, convirtiéndose en la distribuidora oficial de Blue Note y siendo los encargados de reeditar el catálogo de Def Jam. Además la distribuidora también acabó promocionando a una serie de raperos en Francia: Rocé, Karlito, o la Scred Connexion.
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DE OENO A JR EWING, DEL TAG AL MIX
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Aunque lo haya dejado para lo último, si por algo este hombre es mundialmente conocido es por la calidad de las mixtapes que grababa bajo el nombre de Jr Ewing, aka con el que le bautizaron sus amigos de La Cliqua debido a la destreza que había demostrado en los negocios.
Como dije anteriormente, Jr Ewing empezó a mezclar con los platos de su tienda como mero entretenimiento, pero conducido por su amor al vinilo y su gran conocimiento de grupos underground neoyorkinos acabó grabando una gran cantidad de mixtapes, siendo la primera en el 97: «JR Ewing – Pour tes Oreilles N°1 (NY City Undaground & Independants Best Of 1997)».
Una de sus tapes conocidas a mayor escala, y que personalmente me marcó más, es su «Pure Premium Vol I (90s Underground Hits)». Para mi es prácticamente perfecta, una selección impecable de impresionante comienzo con «Frankenstein’s Pain», dando acceso a nuestros oídos a grupos en aquel entonces muy desconocidos en Europa.
Lo más destacable de las mixtapes de Ewing es la coherencia que tienen todas y cada una de ellas, tanto en sonido, atmósfera, mezcla, como en la selección de temas, siempre muy cuidada. En una tape suya jamás encontrarás temas que no enlacen unos con otros, el repertorio está estudiado al milímetro y especialmente guiado por el contenido de las letras.
Jr Ewing grababa sus mixtapes casi de una vez, solía tener la selección en mente y se ponía delante de los platos. Le gustaba la espontaneidad de la que se dotaban al hacerlas prácticamente en directo. Por eso el atractivo de sus tapes está enfocado en la originalidad y gusto en la selección de temas y no tanto en las habilidades de un dj.
Para los que no le conozcan demasiado, os recomiendo fervientemente indagar un poco (o mucho) en el trabajo de este hombre, todas sus mixtapes son impresionantes. Para abrir boca os dejo un enlace donde podéis escuchar una de ellas aquí
Para terminar me gustaría hacer un pequeño comentario sobre otras curiosidades acerca de este personaje:
– Fue guardaespaldas de Guru en el concierto de Gang Starr en Paris
– Sufrió un grave incendio en su casa, en el que perdió toda su colección de discos. Algunos escritores hicieron un graffiti en su honor.
– Hizo un pequeño papel de gangster en la película “No se lo digas a Nadie” después de que su director, Guillaume Canet, le pidiera consejo sobre los escenarios para que todo pareciera lo más creíble posible.
– Como muchos otros escritores, Oeno ha realizado varias exposiciones en galerías de arte, como por ejemplo Chrome Diaries.
– Tras muchos años sin sacar ninguna mixtape, Jr. Ewing publicó una este pasado 2012 llamada Escape From New York (Tales of the Darkside of disco muzik), que como se puede deducir del título, se aleja bastante del tono al que nos tenía acostumbrados.
Acojonante, siempre me han flipado los treneros y eso de ver los trenes con tus pintadas
mi mayor influencia en hacer mixtapes…….unico e indiscutible…….gran reportaje raquel 🙂
Muy bueno el artículo, enhorabuena. Tengo curiosidad: ¿se llegaron a editar en vinilo esas mixtapes? De ser así, ¿encontrarlas ahora cómo andaría?
¡Saludos!
Hasta donde yo sé, creo que salieron nada más en cassette. Hace algunos años reeditaron algunas en CD, las que están reeditadas en CD son algo más posibles de encontrar, pero los cassettes es muy muy complicado, hay todo un mercado underground de flipados freaks de las mixtapes que las guardan como tesoros, tanto estas de Jr Ewing como las de Cut Killer, Logilo, Poska…hubo una época en Francia que las mixtapes estaban a la orden del día. Es todo un mundo aparte.