En Crypta el fin del mundo no nos ha cogido de imprevisto. Además de nuestros cascos de papel plata para que esos cabrones reptilianos hijos del NWO no sean capaces de monotorizar nuestros pensamientos, todo el staff de la web hemos hecho acopio de víveres para sobrevivir a un cambio de polarización de la tierra, a heladas salvajes o simplemente a los atascos navideños de la M30. Además de latas de mejillones, cada uno de los que formamos parte de esto hemos escogido cinco discos que nos llevaríamos a una isla desierta, o en este caso en concreto, cinco discos que escucharíamos si los Mayas acertasen y hoy, al final sí que sí, palmamos todos. Y es que si nuestros hermanos coreanos deciden apretar el botón rojo y el mundo es destruido por bombas atómicas, qué menos que disfrutar de nuestra música favorita mientras la piel se nos cae a cachos, ¿no?
Al Sobrino
Hay que contemplar todas las situaciones posibles. Y una de ellas es que si hoy se acaba el mundo, antes de todo eso habría un pequeño petardeo. ¿Qué clase de fin de la humanidad sería ese si no tuviésemos saqueos, violencia caótica y sexo preapocalíptico? Por eso no se me ocurre mejor disco para empezar que The Future is Now (Uncle Howie Records, 2002). A mucha gente le da cosica Non Phixion. A mí me flipan, a lo vicio culpable. Y la portada de este LP es lo que veo en mi mente cuando pienso en el fin de la humanidad.
Si hoy se acaba el mundo, espero que por lo menos me espere una vida cojonuda en el Más Allá. Y mientras me preparo para subir a los cielos -porque hateadas en Twitter aparte, soy buena gente y huelo bien- pincharme el Below The Heavens (Sounds in Color, 2007) de Blu & Exile me parece una opción increíble. Si tengo que palmar, que sea con clásicos como éste.
Con el siguiente disco tengo mis dudas. Me ha costado decantarme entre el que aquí escojo y el último de Delahoja. Pero en el último segundo me he decantado por el 5% (Soul Level, 2011) de MDE Click. Bromas relacionadas con el artwork aparte, si el mundo se va a tomar por culo y tuviese que comerme un LP entero, me quedaría con el que para mí es el mejor album de rap en español hecho hasta el momento. En otro momento daría más razones, pero el mundo se acaba hoy, no me apetece ser objetivo.
Pese a que ahora vamos de laicos modernos, vivimos en un país más papista que el Papa. Si llega el apocalipsis, todos nos lo imaginamos un poco bíblico: trompetitas, jinetes, lenguas de fuego, Dios bajando a salvarnos el culo… Si Dios no puede faltar, antes de acabarse el mundo tengo que escuchar la palabra de su enviado en la Tierra. Por eso es imprescindible aquí Don Julio Iglesias. De su extensa discografía, que puebla las cestas de vinilos a un euro en cualquier mercadillo, me quedaría con La Carretera (CBS/Sony, 1996). El single que da nombre al disco es perfecta para el opening de una road movie de los 80. No hay nada que se me parezca más al apocalipsis que esa imagen mental.
Y para rematar, como estoy muy místico/religioso, si el mundo nos dice adiós, me escucho por última vez el Fear of GOD II: Let us Pray (G.O.O.D. Music, 2011). Daría razones, pero creo que no es necesario, ¿verdad?
DIEGO DP
Bueno, pues se acaba el mundo, eso nos hacen pensar y hay que elegir qué escuchamos y lo más importante, el orden. Creo que sería complejo acabar «arriba» cuando vamos a morir, así que mis discos van en ese característico orden. Primero empezaría con Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not ( Domino Records, 2006), el primer disco de los Arctic Monkeys. Fiesta, baile y melodías pegadizas, ¡qué mejor disco para empezar la fiesta!
A continuación pasaría a C. Tangana (Agorazein, 2011), tiene un aire de relax pero a la vez me recuerda momentos cálidos me da confianza y de alguna forma te hace sentir bien.
En esta línea pondría Pop Negro (Young Turks, 2010), como disco cumbre de El Guincho y de este característico fin del mundo. Música tropical, letras pegadizas y muy buen rollo.
Ya aquí vendría la caída. Es el fin del mundo, hay que asumirlo, no nos queda otra y qué mejor que antes que acabar disfrutar de My Beautiful Dark Twisted Fantasy ( Roc-A-Fella/Def Jam,2011), para mi gusto obra magnífica de Kanye West. No solo todas las canciones funcionan como solas sino que además el disco funciona como conjunto, acabando con ese Who will survive in America, ¡el final se acerca!
Y como soy un dramático, me gustaría acabar tranquilamente, quizás dormido, escuchando la voz de Bon Iver y su disco homónimo (Jagjaguwar/4AD,2011).
LADY R
Espero que las posibilidades de que se acabe el mundo hoy sean las mismas de que me toque la lotería mañana… pero si los mayas estaban en lo cierto, por lo menos confío en que el fin del mundo sea como la RENFE y vaya con retraso porque joder, en dos días es mi cumple y me han dicho por ahí que hay regalos que me van a flipar… no sería justo.
¿Qué banda sonora le pongo yo al fin del mundo? Pues empezaré el día con la idea de que si finalmente se termina todo, hoy ya no hay nada que perder, así que clavo la aguja en Hi-Fi: Rien à perdre, rien à prouver, y es que un poco de la gente de 45 Scientific no vendrá mal un día como hoy ya que ellos dominan más o menos como va eso de la fin du monde... la separación de Lunatic y los discos posteriores de Booba fuera del 45 lo acreditan.
Tal y como nos han enseñado hasta la saciedad en pelis varias, por mucho mundo que se acabe siempre pueden quedar supervivientes, así que poniéndome en lo mejor (o no, porque vete a saber cómo sería vivir en un mundo post-apocalíptico, no me van el canibalismo y esas cosas…) si soy una de esos “elegidos”, necesitaría sacar fuerzas de donde fuera para seguir adelante y para eso nada mejor que Le Combat Continue de Ideal J con la ira del Kery James de la época como compañera de viaje y sus palabras sobre lo podrido que estaba el mundo para anirmarte a crear uno desde cero, y si al final morimos todos, siempre está bien recordar que por allí andará Mehdi.
Hablando de Mehdi… ya sabemos que hay muchos para los que ya llegó su fin del mundo particular, así que haría un repaso musical de aquellos que igual vemos allí arriba o allí abajo para que nadie te pille por sorpresa. Podremos saber si Big L lleva su vida de poor & dangerous, si Guru ya se ha empanado de que Solar es un idiota, si Dilla ha estado flipando todo este tiempo con sus camisetas o le han dado un premio al mejor cambiador de vidas. Pero el disco que creo ideal para el momento es el de uno que sabía bien de qué iba la cosa: Biggie y su Ready to Die Y a ver qué tal les va a él y 2pac, ¿habrán creado un east hell y un west hell por ahí arriba para no perder las costumbres?
Una vez preparados y asumida la desgracia, nada mejor que algún disco de esos que le flipan a uno de principio a fin, que son enormes lírica e instrumentalmente y que tienen temas de tono relajante y/o que te proporcionan buen rollo. Ya nos hemos lamentado suficientemente en vida así que a la muerte hay que echarle el ingrediente principal: Pete Rock & CL Smooth.
Para acabar, por supuesto llevaría conmigo toda la discografía de Rakim (no me hagáis elegir un disco concreto) porque si se acaba el mundo, cuando llegue al más allá de los rappers, está claro quién va a ser el GOD, y ya sabéis, nunca está de más que Dios sepa que has apoyado su carrera toda la vida. Eso sí, no le comentéis nada de mi artículo sobre su último disco, no hay que encender la ira de los dioses…
Y ahora sólo queda dar play a Waiting for the world to end.
HARDY JAY
Por fin llega el día, años dando el coñazo con el fin del mundo y llegó el momento, Mayas Vs the World, y por si empiezan a caer extractos de Nibiru sobre la Tierra, comenzaría el día con cualquiera de los dos volúmenes de Shaolin Soul (Delabel, 1998), una compilación perfecta para despegarse de las sábanas y las legañas con una manzanilla y mucho azúcar.
Siguiendo en la línea del groove con buen gusto, y tras dudas entre toda su discografía, me decentaría por el Midnight Marauders (Jive Records, 1993) de A tribe called quest y la peculiar voz de Q-Tip.
Se acaba el tiempo, son cinco discos, demasiadas canciones en mi cabeza, y no tengo tiempo para preparar una mixtape, unas buenas mezclas locas… 2 many djs, los cuarenta y seis cortes que usaron para As heard on radio soulwax pt. 2 (PIAS, 2002) me vienen al pelo.
El siguiente álbum sin duda alguna sería Hecho, es simple (La madre/Superego, 1997), siempre viene bien recordar esas frases que muchos tenemos grabadas en el cerebro («les gano a todos»), por si vienen los Annunakis y tenemos que enseñarles lo que es «partir la madre» a los nuevos amigos de la Tierra.
Si comienza a salir humo del suelo y el cielo adquiere tonalidades purple syrup, qué mejor manera de asumirlo que bajo las atmósferas y el arsenal de samples que Dj Shadow dejó para la posteridad en 1996 (Mo’Wax Records), y así end-troducirnos en nuestra nueva vida.
ENYOR
Ya puede estar el cielo ardiendo y los cuatro jinetes del Apocalipsis violando a vuestros caballos y liberando a vuestras mujeres que yo pienso empezar el último día con calma, tirando de cafeína y de clásicos. Un día como hoy se merece un buen café acompañado de una última escucha al Kind of blue (Columbia Records, 1959) . Nada mejor que un buen repaso a esta obra maestra de Miles Davis y compañía para despedirse del planeta tierra. Si se trata de la edición especial del 50 aniversario mucho mejor, que un día es un día y no está de más pegarse un capricho.
Después de coger fuerzas es el momento de quemar, por enésima vez el Leyendas legales (Gamberros pro, 2005) de Hermanos Herméticos, el disco de rap que posiblemente mas escuchado tenga. Aaron Baliti , Supra y Dj Volo pariendo un disco redondo, tanto a nivel de letras como de ritmos.
Hasta ahora todos hemos hablado de desastres naturales, el cielo abriéndose y demás posibles finales ¿pero y si el final del mundo es cosa de la tecnología? ¿Y si se revelan las máquinas o el CERN revienta llevándosenos a todos por delante? Por si aca, nada mejor que dejar sonar el OK Computer (Parlophone/Capitol, 1997) de Radiohead para ver si Skynet se lo repiensa y nos perdona la vida a todos. Thom Yorke y compañía en estado de gracia, firmando, a mi parecer, el mejor disco de su carrera.
Para el momento final dos opciones: despedirnos por todo lo alto con Cross (Ed Banger Records, 2007) el primer disco del dúo de electrónica francés Justice, o un final mas tranquilo con Jota y el resto de Los planetas contándonos que ha sido «un buen día» en Unidad de desplazamiento(RCA/BMG, 2000). ¡Lo que cada uno prefiera !
DASAR
Yo chapé los 90 siendo un mico, con muchas cintas de rap español en mi walkman. Con la llegada del discman y los 128 ks de velocidad un amigo me rulo The Realness (2001 – Legal Hustle). Es lo primero que realmente quemé de verdad, una y otra vez. Mega hablando desde y para el barrio, mostrando ese liricismo casi único, esa perspectiva reflexiva sobre los elementos del boro y cómo se relacionan: sus negros vendiendo, sus negros corriendo, sus negros muriendo, su visión de América. Cómo el mismo dice en 5 for 40 «Speak words superbly, its clear you heard me, your idea of a real nigga changed». Deberías escuchar este disco mientras se acaba el mundo, igual que Cory lo lleva haciendo desde hace 11 años, viendo meditada y tranquilamente como esa mierda del otro lado de la ventana se hunde.
Fonk, soul, salsa, jazz, rap, rumba, flamenco, psicodelia, bogaloo, cumbia, rock… De forma totalmente subjetiva, LA obra de los últimos años en la música de este país. Qué mejor sitio que Barcelona, y qué mejor banda que la Fundación para hacer una simbiosis entre la kinkillera rumba catalana y el amplío espectro sonoro y estético del género blaxploitation. Si tu alma es del otro lado del charco pero naciste en la España profunda de madre llamándote a cenar a voces desde la ventana mientras soñabas ser Huguito Sánchez, del ventilador de Peret y sus palmeros aireando la plaza, de trapis y espadillas con varillas de Renault 21, y no has escuchado Pandilleros (2010 – Warner Bros), seguramente merezcas que hoy se acabe el mundo.
Extremoduro es un grupo que en mi opinión será imprescindible en la historia de la música en España. Seguramente tus hijos tarde o temprano escucharán Agila (1996 – DRO) igual que a nosotros nos pasó con «El Patio» de Triana o con el disco homónimo de Asfalto. Podría haber elegido cualquiera de los otros dos o tres discos del grupo que son atemporales en mis dispositivos de reproducción, pero era la única forma de poder tributar también aquí a Dizzy Gillespie, Frank Zappa, Freddy Mercury y Camarón de la Isla. Aunque Robe Iniesta sea la figura insignia del grupo (no seré yo quién lo ponga en duda), este es el primer disco en el que Iñaki Antón, más conocido como Uoho, pasó a formar parte de la formación de forma oficial. Si escuchas los anteriores discos del grupo, y escuchas éste, de primeras hay una notable diferencia sobre todo en la composición y en la producción. Quince largos años hacen de este disco, y todavía hay grupos de rock en este país que envidiarían poder tener en un LP de 12 pistas la variedad de registros que tienen canciones como Abre el pecho y registra, llegar desde lo más profundo del caballo al reconocimiento nacional como con So Payaso, o acompañarte del grande e inconfundible Albert Plá para que te escriba una de las estrofas románticas con más personalidad de la música española. Conozco mucho Prometeo haciendo la trece a las deidades para entregarle beneficios a la humanidad, así que sería de justicia que los dioses quisieran vengarse hoy.
Se tratará cómo merece cuando los Jazz Voyagues nos lleven hasta él, pero era imprescindible en esta lista porque A Love Supreme (1965 – Prestige) es el único disco que incluiría en todas listas similares ya sean elaboradas hoy, el año que viene, en 5 años, o en 40. Odio las listas, odio los tops, odio toda esa mierda de poner creaciones encima de otras creaciones, cuando la creación y su entendimiento dependen del estado anímico del receptor, sus conocimientos, y otras variables en su mayoría no cuantificables, pero mi TOP musical sólo lo compone un disco, y es este. La pérdida de confianza en un mismo, la crisis existencial, la visión inevitable del fin de un ciclo, reconvertida en un disco que trasciende lo musical para convertirse en religión. Cinco días compartiendo desván con la peor versión de uno mismo para acabar creando un proceso de reconstrucción dividido en cuatro pasos: Acknowledgement (Reconocimiento), Resolution (Propósito), Pursuance (Ejecución), Psalm (Salmo). Poco más de media hora que a más de uno, aparte de Trane por supuesto, le ha servido para creer en si mismo cuando el futuro pinta en dolor y oscuridad. En esta semana cryptaniana que tanto hablamos de Gods, no podía faltar tampoco este disco.
Judíos. Orígenes. Jazz. Blue Note. 64 años de historia de la música. California. Rap. Otis Jackson Jr. aka Madlib. 10 años de creación. Suficientes para mostrar tu talento y que uno de los sellos más importantes de la música contemporánea te ofrezcan reversionar sus clásicos: Shades of Blue (2003 – Blue Note). También hablaremos de él, calma, pero si el mundo se acaba que me pille con scratches de la barra más mítica de KRS-One sobre muestras de Milt Jackson, y eso sólo pasa en este disco.
BIGBROTHABOB
Muy difícil hacer esta lista. Seguramente, como todos, en el último momento me arrepentiría y cogería otros cinco, pero los que se me ocurren ahora son éstos.
Jealous One’s Envy (Terror Squad/ Relativity, 1995) de Fat Joe sería mi elección en cuanto a rap de States. Podría haber dicho Nas o Wu-Tang pero siempre el primero que me viene a la cabeza cuando pienso en discos redondos es éste: boom bap estricto, samples, y este gordito del Bronx partiendo el micro. Además de los mejores skits que he oído en un disco de rap. ¿Qué ha pasado Joey?
Si Dieu veut/Inch’Allah (Côté Obscur/Small, 1998) de Fonky Family sería el ejemplo parejo en francés.
El 2005 nos dejó un buen surtido de joyas como los primeros largos de Hermanos Herméticos o Planeta Zero, o los segundos trabajos de Chinatown, Chirie Vegas o Mitsuruggy. Se notaba que el anquilosado hip hop español comenzaba a desperezarse. Pero lo que nadie se esperaba era Algunos cortes (BOA, Recording 2005) de Tone. Este disco no tiene parangón en el rap español. Me encierro en el bote de pimienta en el que he aprendido a respirar y ya puede empezar el Armagedón.
Negu Gorriak empezaron rapeando pero para su cuarto disco, Borreroak baditu milaka aurpegi (Esan Ozenki, 1993), poco quedaba de esos inicios. 22 bombazos difíciles de etiquetar musicalmente, pero 22 verdades como puños con unas letras que pocos tienen y una idea más vigente que nunca: el verdugo tiene mil caras. Duro decidirse por uno de toda su carrera, pero éste me parece el más completo. Pendientes tallados, camisetas panaderas y muros con mensaje, los noventa que yo vi, no el puente de Queens.
Y para acabar, el mejor refugio ante el inminente fin del mundo: Bob Marley. Si lo escuchas, no te preocupes por nada porque todo va a salir bien. Natty Dread (Tuff Gong/Island, 1974) no me parece su mejor disco, pero por no coger la discografía entera, pillo éste que es el primero que tuve de él y me permitió conocerlo.
MARSBLACK
Si el fin del mundo me pillara con algo en los cascos, seguramente quisiera que fuera con este disco. Así cerraría el círculo. El Alfa y el Omega en uno. Si alguien me preguntara que porqué estoy en esta movida y porqué llevo y llevaré tantos años al lado del rap, ten por seguro que le regalaría este disco. Imagínate un chavea empezando a quemar TDK’s y cintas Fuji de rap. Lo típico, 7 Notas, CPV, lo que nos caía de USA, mucho Sevilla y Málaga y cositas del norte gracias a un primo de otro primo. En definitiva, rap patrio a saco. Imagínate llegar alguien con un CD un día del verano del 99. Imagínate 78 minutos de silencio. Imagínate el comienzo de una religión. Desde «That makes me know that we’re doin/We had the right idea in the beginning…» hasta «This is in memory of…Rest In Peace» no conozco disco más redondo, más perfecto y que me transmita tanto a niveles personales y emocionales. Si me pilla el fin del mundo hoy, quiero que me pille con Guru y Premier a mi lado.
Como tampoco sabemos cuanto duraría esto del apocalipsis, que menos que me pillara con el otro culpable de que me tomara en serio eso de ser «rapero». Gracias eternas a quien me introdujo en esto del rap, por prestarme este disco tras su paso por Francia de au pair. No se pudo haber traído nada mejor. Aunque andábamos quemando cosas americanas, esto fue una bomba, más o menos por la época de mis primeros escarceos con Gang Starr (ese verano del 99 fue el bautismo, te lo digo), algo reventó los bajos de mi viejo equipo Sony. Durante un tiempo me olvidé de todo y quemaba este disco como si no tuviera ninguno más. A todas horas. Me escondía en casa y cuando venía a pedirme que le devolviera el disco no abría nunca la puerta. No quería devolverlo, me parecía una violación grabarlo en cinta. Casi 14 años después ese libreto aún debe de tener mis huellas digitales. Culpables de que Francia signifique para mi tanto. Culpables de investigar todo lo que saliera el país vecino (literatura, cine, música…). Que me pille el apocalipsis junto a IAM, ahora y siempre.
Si hoy mi esencia se dispersara con el eterno me gustaría que lo hiciera con la voz que me acompaña a todas partes. Grave, sedosa y sensual. Justo después de los hippies, en los últimos coleteos de la psicodelia, y sobre todo, antes que los hijos de 68 se vendieran al capitalismo y nos dejaran con el culo al aire, salió el que sin duda, es mi disco favorito de Soul/R&B/como cojones quieras llamarlo. Tendente como soy a las canciones largas; a los ritmos hipnóticos y al gusto por sumergirme en mareas sonoras; no cabe duda que Hot Buttered Soul (Stax Records, 1969) cumple de sobra. Aún recuerdo la primera vez que tuve ocasión de escuchar el disco entero por primera vez. Noche, acostado en la cama. Solos Ike y yo. Su voz transmutada en flauta me hipnotizaba, su música seducía mis oídos hasta el punto de volver a repetir el disco una vez acabado. Me sentí traicionado porque solamente tuviera cuatro canciones el disco. Pero qué cuatro canciones. Aún hoy, muchos años después, sigo quedándome embobado con la voz de Hayes; aún hoy, me trago los ocho primeros minutos hablados de «By the Time I get to Phoenix» como si no hubiera mañana. Y como de eso se trata, que el señor Isaac me acompañe allá donde vayamos, y quien sabe, tal vez esté allí también y pueda verlo tocar. El más grande.
Si el apocalipsis llega, vendrá acompañado de soflamas conservadoras y reaccionarias. Ya sabéis, aquello de eran tiempos oscuros y decadentes. Muy de película de sábado de Antena 3 todo. Como en el mundo del rap estamos ya más que acostumbrados a este tipo de soflamas más propias de meapilas que de gente con cultura, no vendría nada mal irnos a la mierda escuchando a K.Dot. Si estos son tiempos decadentes de discos decadentes, que baje Dios y lo vea (si no está ya abajo y no le ocurre lo que al de Jardiel Poncela). Uno se podría llenar la boca de adjetivos sobre este disco y aún así no terminaríamos nunca. Que si, disco del año. Y de la década también si nos ponemos. Acuérdate mientras caen meteoritos y la tierra se parte de aquello de «Lord God, I came to you as a sinner…» y disfruta por última vez del mejor disco de rap en siglos.
El quinto disco me ha costado mucho decidirlo. No porque no pueda rellenar la lista. Al contrario, esto de las listas y de las reducciones no va conmigo. Hay tanto y tan bueno que es imposible resumir. Salvo los dos primeros que me acompañarán a todas partes, mañana te cambiaría los tres restantes. Mañana y dentro de cinco minutos. Pero como se trata también de discos que te marcan, este tenía que estar aquí. Antes del rap, incluso antes de saber qué era realmente el rap, había un grupo que utilizaba mecanismos y lenguajes del rap en mi viejo walkman Aiwa. Antes del rap, estuvo el metal. Me dio por ahí. Y claro, me pilló en medio el segundo disco de esta formación. Pero no es de este del cual vamos a hablar, sino de su predecesor, de título homónimo al de la banda. Rabia, mensaje social con contenido, raíces punk y metaleras mezcladas con funk y rap; un guitarrista de la ostia y un frontman capaz de escupir mejor que tu rapero favorito. Letras furiosas, izquierdistas y pro-negras. Que más se puede pedir en plena pubertad. Si el fin del mundo es económico/político, que me pille con el bajo de «Bombtrack» entrando a saco mientras les sacudo a esos cerdos de azul con todo cantando «Burn! burn! yes you gonna burn!»
PD: este disco lo tuve en una cinta de 90. Una cara para Tom y cía. La otra para Negu Gorriak. De ellos ya ha hablado BBB. Como no íbamos a salir políticos, cojones.
me pregunto cómo es posible que el mejor disco de los último tiempos tenga una colabo con Drake?¿
Y porque no hemos puesto las Spice Girls que es nuestro favorito dentro del staff. «If you wanna be my lover, you gotta get with my frieeends…»
El 5% mejor LP de rap en español…? Con este chiste ya no era necesario el chiste con Delahoja. Igual que el chiste que pusiste en FC en el que decías que NY tenía street cred.
Fíjate si NY tiene street cred que según él lleva desde los 90 siendo rapper y conoce a Ihon por el myspace, no me creo que en los 90 no se conocieran todos los rappers de una ciudad de 40.000 habitantes. Alguien miente.
«El 5% mejor LP de rap en español…?»
Antes de eso lo dejo claro: para mí. De lo que mencionas tú, todo es gossip. Y a mí no me interesa lo más mínimo la vida de nadie.
WMIC: Por lo menos mi selección tiene el tono humorístico que merece toda la superchería ésta del fin del mundo. Todos los discos son trabajos que me flipan o fliparon (incluso el de Julio Iglesias) y que por una u otra causa están relacionados con el fin del mundo. Al final muchos giran en torno a la idea de Dios o el Caos o simplemente la oscuridad como concepto. Este top 5 no corresponde con mi top 5 personal.
Está claro que es puro gossip, lo que no entiendo es que si te la pela su vida por qué pusiste su street cred como punto a su favor. Sólo quería apuntar eso.
Para mí lo tiene, porque como ya he dicho alguna vez, no me importa la vida privada. Me importa la coherencia temática, las referencias, la profundidad del mensaje, y en general, lo mucho que se empana del juego. En eso, repito otra vez: para mí, el NY está a kms del 99% del panorama. El mismo panorama donde cuando preguntas: discos favoritos, todos esos spanish rappers babean y tartamudean y sólo alcanzan a decir: el último de Rozay y Notorius Big.
Si hubieses escuchado/leido algunas entrevistas suyas lo entenderias.
Si hubieses escuchado/leido algunas entrevistas suyas lo entenderias.
No entiendo como mars no pone nada de CT! cuando vi el mal..
Tremendous post, gente!
Están muy graciosas (en el buen sentido) la lista de cada uno. Buen post 🙂
¡Me parece fatal que haya tenido que ser un valenciano el que ponga el disco de Los Planetas!
Está gracioso el artículo.
Todos esos discos y no sale ‘Illmatic’? C’mon Son!!
Yoyo, increible recopilacion, que roto2 os bendiga hermanos.
¡Buah! Hace ya mil años desde esta entrada, pero esta mañana me he rallado con la idea y he creado mi propia lista, así por mis huevos y por si a alguien le apetece verla también:
Yo, como buen derrotista que soy, ante el fin del mundo no pensaría en la posibilidad de sobrevivir, me daría por vencido automáticamente y me pondría discos que me ayudasen a asimilar lo que está por venir, así que está sería mi selección:
1º. En primer lugar me pondría «United Future Organization – Jazzin». Beats jazzy relajantes para ayudarme a mí mismo a aceptar lo inevitable y no hacer la espera más angustiosa de lo que debería.
2º. Después (aunque ya está en la lista), pondría «DJ Shadow – Endtroducing» para seguir con ese proceso de aceptación, de introducción hacía mi final. «Midnight in a perfect world» es perfecta para eso.
3º. Una vez aceptado el inevitable devenir «Pink Floyd – Wish you were here» para recordar a toda la gente con la que me hubiera gustado pasar esos últimos momentos y pensar que, estén donde estén, brillaron como diamantes.
4º. El fin del mundo ya estaría muy muy cerca, tan cerca que ya empezarían a verse explosiones, avalanchas, terremotos, incendios y demás parafernalia apocalíptica, así que, de los 5 discos que me llevaría para pasar los últimos momentos de un apocalipsis, me pondría uno u otro de éstos dos según mi reacción ante estos sucesos:
– En caso de estar asustado y recurrir a una deidad en la cual no creo, seguramente pondría «Pharaoah Sanders – Karma». Para recordarme a mí mismo que he sido buena persona, que el karma estaría de mi favor y que el creador tendría un plan maestro.
– En caso de que mi proceso de aceptación de la debacle y la catástrofe hubiese resultado acertado con los anteriores discos, pondría el «The Mahavishnu Orchestra – The Inner Mounting Flame». Un último momento de relajación en mi montaña mental, relajándome con los espíritus y sufriendo una transformación vital espiritual para aceptar el caos.
Estos son mis 5 discos para el apocalipsis (uno de ellos opcional). ¡Un saludo!
Crack!
Nos encantan este tipo de comentarios.
Te vemos muy místico ante el final eh??
Pues ahora que lo decís sí, la verdad es que es una lista muy mística, no lo había pensado. Lo que sea con tal de poder tomarme el apocalipsis con un poco de calma y sin histerias, jeje. One!