Cadalack Ron, The Methadone Don
Cadalack Ron aka The Methadone Don aka The Black Tar Rap Star es un nativo de Los Ángeles (‘Lost Angeles…I even found demons’) cuyo nombre real coincide curiosamente con el del insulso personaje de ficción Robert Paulson, («Le llaman Robert Paulson», The Fight Club). Su disco más elaborado se llama precisamente Last Known Photograph of Robert Paulson (Dead Guy Records, 2009) y desde la portada recoge cada uno de los clichés white-thrash americanos, empezando por ese cutis lechoso que cubre un cuerpo escuálido plagado de tatuajes mientras flota como un Cristo de neón en una ciudad podrida.
Los padres de Cadalack Ron formaban parte del negocio de Hollywood y el joven Caddie fue un extra en aquellos primeros capítulos de los Power Rangers, pero pronto sus días en Echo Park (Melrose) le engancharon al rap –de cuña East Coast, ojo-, al graffiti y la droga.
Y especialmente la droga y las adicciones con las que ha convivido son tema central en cada uno de sus canciones. Cadalack Ron ha sido un habitual y precoz fumador de crack –en esta entrevista habla de la sustancia mientras la consume-, y ha pasado por varias etapas de adicción a la heroína inyectada en vena, con sus correspondientes sobredosis. No tiene límite y después de cada rehab busca llegar al extremo para, según comenta, «escribir la mierda más oscura de mi vida». A la fuerza, su perspectiva de la vida y la muerte no puede ser igual que la del americano medio.
Music, Muse sick
Para conocer a fondo al personaje de Cadalack Ron, Last Known Photograph of Robert Paulson (1) es el álbum ideal, y suena excatamente como indica la portada. Comienza con un extracto de un documental sobre el famoso serial killer de L.A. Richard Ramírez, apodado The Night Stalker, famoso por la relación de sus crímenes con un pretendido satanismo. Richard Ramírez llevaba esperando la pena de muerte hasta el 7 de junio de 2013, cuando murió de una insuficiencia hepática en el corredor. Pero su imagen fascinó a mujeres y hombres tanto como la de Manson, y muchos rappers blancos -desde Gore Elohim ex-Non Phixion a Cage Kennylz de Weathermen– lo referencian e incluso reverencian. En la imagen superior derecha se puede apreciar los primero retazos del retrato de Richard Ramírez que Cadalack Ron lleva tatuado en el brazo derecho.
El disco es ciertamente oscuro de principio a final y, aunque Cadalack Ron se vista con Dickies y wifebeater, tiene una dosis de scratch bastante alto y abundan los samples souleros de dedos pegajosos y los bombos noventeros de Nueva York, en gran parte cortesía de esa pareja de diggers que responden al nombre de Arch Druids, unos de los pocos que han contribuido al alzamiento del self-made hustler Roc Marciano.
Las letras son directa o indirectamente cartas de expiación que buscan la catarsis. Buena muestra de ello son por ejemplo Think back, Life ft. Mista Melo, Sp Noza, Woozy Medwick, Syringue Syndicate ft. Serp Dot o Slip. Los sellos que sacan sus discos (Machina Muerte, Full Psycho Records) son pequeños labels DIY que no tienen ningún problema en que todos los textos, muestras y diálogos que suenan estén empapados siempre de una decadencia junkie. Porque ésa es una constante en todos sus trabajos, aunque se junte con otros productores como Briefcase para facturar Times Is Hard (Machina Muerte, 2012) (3) o el sonido sea más electrónico como en Space Cadalack (Machina Muerte, 2011) (4).
‘The heroin affair’
Paralela a su carrera en estudio, Cadalack Ron ha despuntado en los últimos años como mc de batalla. Básicamente, consisten en lo mismo que las batallas de gallos que tantas ampollas levantan en España, pero llevado a un circuito underground que curiosamente sirve de ingreso económico para muchos de los participantes, Cadalack Ron entre ellos.
Recientemente, tras una recaída grave, con la cabeza rapada y una notable pérdida de peso, Cadalack Ron se inyectó heroína en medio de una de estas batallas, para el morboso deleite de todos los asistentes que no dudaron en capturarlo con sus teléfonos móviles.
Aunque parezca poco creíble, según explicó en una entrevista posterior, se sentía intimidado por su oponente ya antes de la batalla y pensó que llevar una jeringuilla lo mantendría a salvo. Cuando se vio acorralado decidió simular pincharse heroína cuando en realidad era Gatorade.
Lo cierto es que ni ha dejado las drogas ni sale de la pecera. Después del último ep Junkies in Paris, (Machina Muerte, 2014) su próximo disco se llamará Krokodil Dundee, en honor a la destructiva droga que causa estragos en el este de Europa. Otra dosis más.