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Jimmy Blanton y la revolución del contrabajo en el jazz

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JAZZ VOYAGES XVII
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Aunque no hay mucha información sobre el papel del contrabajo en los inicios del jazz, basta con indagar un poco para dar con un nombre que destaca sobre el resto: Jimmy Blanton (1918 – 1942). De la mano de Duke Ellington, Jimmy revolucionó el rol del contrabajo en el jazz y la música moderna. A él se le atribuyen la implantación de la técnica del pizzicato en el swing (y el consecuente nacimiento de la técnica conocida como walkin’ bass) y buena parte de las bases armónicas y melódicas que inspiraron a otros contrabajistas posteriores de todo el mundo, y de todas las épocas y estilos de la música, desde Charles Mingus a Javier Colina.

“Ensayaba día y noche, noche y día…”

· Barney Bigard


 

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BIOGRAFÍA

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Jimmy Blanton nació el 5 de Octubre de 1918 en Chattanooga, estado de Tennessee. Su primer contacto con la música le llega a través de su madre, una pianista que aprovechaba su liderazgo en una banda para invitar a Jimmy a tocar con ellos. Eso sí, por aquel entonces el joven Jimmy tocaba el violín.

Al entrar en la Universidad de Tennessee, Jimmy cambió el violín por el contrabajo, y comenzó a tocar con la banda de la Universidad y en otras formaciones que lideraban músicos locales como Bugs Roberts o el batería Joe Smith. Sin embargo, el primer gran salto musical de Jimmy le llegó un verano en forma de oferta para tocar en los riverboats. Los riverboats eran embarcaciones que cruzaban el río Mississippi recorriendo el trayecto St. Louis – Nueva Orleans, que indirectamente tuvieron un papel fundamental en el desarrollo de la música jazz en los años treinta. La banda para la que tocó Jimmy en los riverboats estaba liderada por el pianista Fate Marable, quien ya había dado oportunidades a otros músicos posteriormente reconocidos en el mundo del jazz, como Louis Armstrong o Freddie Keppard.

Una vez acabó la universidad en 1937, Jimmy decide irse a vivir a St. Louis para dedicarse a la música a tiempo completo. Allí, aparte de tocar y realizar sus primeras grabaciones con la Jete-Pillars Orchestra (en la que tocaba un contrabajo de tres cuerdas) Blanton aprovechó las noches para acudir a todas las jams que pudiera. En verano, Jimmy volvía con Fate Marable para recorrer el Mississippi arriba y abajo, ida y vuelta.

Una noche de otoño del ‘39, en St. Louis, Jimmy estaba tocando en la jam del Rhumboogie Club. En algún momento de la actuación, por la puerta del club entraron Billy Strayhorn, Johnny Hodges, Barney Bigard y Ben Webster; todos ellos músicos de la orquesta de Duke Ellington. La orquesta estaba visitando St. Louis para tocar varios días en el Hotel Coronado, y tras el concierto, los músicos de Duke bajaron a ver qué sucedía en los clubs de St. Louis. Tras ver tocar a Jimmy en un par de piezas, se fueron al hotel para buscar a Duke y que bajara a ver la magia de aquel chico de 21 años.

Duke quedó impresionado por el estilo de Jimmy, y le invitó a tocar con ellos en la actuación que tenían al día siguiente en el hotel. En ese concierto, Blanton interpretó, en palabras de Barney Bigard, ‘la mejor versión de ‘Body & Soul’ que pudieras imaginar’. Blanton pasó a formar parte de la banda inmediatamente, y dado que no tenía contrabajo de cuatro cuerdas, estuvo compartiendo puesto y contrabajo con Jimmy Taylor (el contrabajista que por aquel entonces giraba con Duke) hasta que éste abandonó la orquesta en 1940. Uno de los ejemplos de la relevancia que tuvo Blanton en la banda de Duke, es que aquella época de la orquesta de Ellington es hoy día conocida como la ‘Blanton-Webster band’. No es de extrañar, como veremos después, que la relación entre Blanton y Webster no fue fructífera sólo en lo estrictamente musical. Desgraciadamente, a medida que crecían su rol en la banda y su papel en la historia del jazz, Blanton también fue enfermando.

Por declaraciones de sus compañeros, sabemos que Blanton era bastante reservado. Muchos de ellos, cuando fueron entrevistados tiempo después sobre su relación con Jimmy, recuerdan una noche que tocaban en Los Ángeles. Duke estaba en su habitación y sonó la puerta. Se levantó a abrir y era Blanton, quien con una maleta en la mano le dijo que se marchaba para dormir esos días con una chica que había conocido en la ciudad. Lo que realmente hizo Blanton aquellos días, fue visitar a un médico para que diagnosticara su enfermedad. Tenía tuberculosis.

Jimmy Blanton junto a Herb Jeffries en un show junto a Duke en 1941

Lógicamente llegó un momento en que fue imposible seguir ocultando la enfermedad a sus compañeros, y en cuanto supo sobre el estado de Blanton, Duke Ellington buscó hospitales especializados en tratamientos de tuberculosis. Hasta que se lo llevaran al hospital, nadie podía compartir habitación con Blanton para evitar posibles contagios. El compañero de habitación entonces era su inseparable Ben Webster, y al principio, cuando le comunicaron la noticia, éste dijo que no le hicieran bromas con temas como ese. Webster no creyó en la enfermedad de Blanton hasta que se lo confirmó el mismo Duke.

Duke dio con un hospital especializado en Los Ángeles e ingresó allí a Jimmy Blanton. Tres eran los médicos del hospital especialistas en tuberculosis, y los tres eran fans de Jimmy. En algunos de los descansos, hablaban incesantemente con Duke sobre la técnica del contrabajista. El líder de la banda no podía quedarse con Blanton porque tenía que seguir girando, pero se fue de allí con la promesa de los tres médicos de que cuidarían de Blanton lo mejor posible. Incluso ellos mismos se encargarían de hacer guardia para, en cuanto quedara una habitación disponible, subir a Blanton a planta. Desafortunadamente, una vez Duke abandonó el hospital, pasó por allí un responsable que dijo que era una locura dejarle esperando habitación en el estado en el que estaba, y lo trasladó a otro hospital en Pasadena.

Algunos de sus compañeros fueron a verle. En la habitación de Jimmy no había nada más que una foto de su amigo Ben Webster, y cuando éste salió de aquella habitación en su primera visita, sabía que sería la última vez que se verían. Al menos él tuvo una última oportunidad de despedirse, cuando Duke volvió para ver a Blanton, ya era demasiado tarde. Había muerto el 30 de Julio de 1942.

En tan sólo dos años, Jimmy firmó más de ciento trienta grabaciones (casi todas publicadas póstumamente), y cientos de actuaciones con Duke. Dos años bastaron para que Jimmy revolucionara el papel y el sonido del contrabajo jazzístico, pero ¿por qué?

 

CAMBIANDO EL ROL DEL CONTRABAJO

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Las contribuciones de Jimmy Blanton al mundo del contrabajo jazzístico, o al menos aquellas que sus compañeros, los historiadores, y los expertos le atribuyen, abarcan prácticamente todos los campos relacionados con la composición y ejecución musical.

Quizá lo más lógico sea empezar por la técnica, aspecto en el que influyó en la transición de la utilización del arco al pizzicato. Hasta entonces, la mayoría de contrabajistas, en el papel de acompañantes, tocaban utilizando el arco. Y decimos la mayoría, porque es poca la documentación que se conserva a día de hoy sobre los contrabajistas anteriores y contemporáneos a Blanton, seguramente no fue el único en desarrollar esta técnica, pero sí el más reconocido. Tengamos en cuenta que entonces, el contrabajo era considerado algo así como un instrumento ‘menor’, por lo que tampoco merecía especial atención por parte de musicólogos y periodistas. Con la aplicación del pizzicato, Jimmy consiguió esa sensación rítmica en la que parece que el bajo va caminando por debajo de la melodía, conocida como walkin’ bass.

Aunque fue el principal protagonista en la inclusión del pizzicato en el contrabajo jazzístico, Blanton nunca renegó del arco y las opciones musicales que ofrecía, como lo demuestran algunas de las grabaciones que se conservan a día de hoy de estándares como ‘Sophisticated Lady’ o ‘Body And Soul’. ¿Qué peculiaridades tenía el pizzicato de Blanton para ser tan trascendente? La forma en que lo tocaba. En vez de pellizcar la cuerda, Blanton tocaba con los dedos en paralelo al diapasón, lo que permitía vibrar a las cuerdas con más resonancia. Esa fue una de las claves para que, atendiendo al aspecto puramente físico de la emisión del sonido, el contrabajo ganara una mayor presencia en las interpretaciones.

Una mayor presencia física, exigía indiscutiblemente una mayor importancia en lo armónico y lo melódico, y en la revolución que supuso Blanton en este aspecto probablemente comparta parte de responsabilidad Duke Ellington. Uno de los motivos por los que Duke se hizo famoso como compositor, como ya contamos en los artículos que dedicamos a la figura de El Duque, fue porque componía y arreglaba para sacar lo mejor técnicamente de cada uno de sus músicos. Y por eso son tan dispares las numerosas interpretaciones de muchos de sus hitos como ‘Caravan’ o ‘Mood Indigo’. Blanton no iba a ser una excepción, por lo que había que explotar musicalmente las habilidades técnicas del contrabajista.

Principalmente, gracias a su técnica, Jimmy podía tocar más notas en el mismo tiempo, y a su vez hacer que estas tuviesen más presencia sonora. Eso le permitió realizar acompañamientos armónicos más completos, y también intervenciones melódicas más versátiles que las que caracterizaban la época del swing. Su forma de tocar le permitió reinventar los fraseos del contrabajo, tanto rítmica como melódicamente.

Esto no quiere decir que Blanton inventara los solos de contrabajo. Slam Stewart, contrabajista de la orquesta de Benny Goodman también jugó un papel importante en su implantación. Lo que sí consiguió Jimmy, es que los solos estuvieran a la altura de otros instrumentos que históricamente habían sido los responsables de los solos.

Son muchos los contrabajistas que reconocen la influencia de Blanton en su música, ya sea en la ejecución o en la composición (Charles Mingus, Paul Chambers, Ron Carter…) incluso hemos podido disfrutar de intervenciones con arco en algunos de ellos muchos años después de que su utilización en el jazz se ‘enterrara’. No obstante a día de hoy tenemos a Adam Ben Ezra y Miles Mosley (contrabajista que acompaña a Kamasi Washington) que han vuelto a reivindicar el papel del arco, gracias a las nuevas posibilidades que se abren al poder filtrar su sonoridad a través de pedaleras de efectos.

Pero lo que sin duda concede importancia a la obra de Blanton es que aunque muchos de los contrabajistas no hayan conocido su figura, hay algo de su música en todos ellos. Siempre estará ahí, aunque no todos caigan en su presencia… un rol muy del contrabajo. Él y su instrumento estaban unidos hasta en eso.

Texto por Dasar

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