Todo artista debe pasar por una época de vacío existencial y creativo, life is hard in the music. Esa etapa por regla general suele ser determinante: puedes optar por mantenerte estancado en tu sonido, acomodarte y tirar de la fórmula que te puso dónde estás; o puedes jugártela a romper con eso, y el juego es lo que tiene, pierdes o ganas. Las respuestas a «Cosmograma» (2010 Warp Recordings) fueron radicalmente dispares. Hubo quién encumbró la forma tan personal de Flying Lotus de juntar electrónica y jazz, y hubo quién empezó a poner en duda su capacidad creativa, algo que según declaraciones del artista no le ha resultado todo lo indiferente que le gustaría. Fuesen esas críticas justas o no, despertaron en FlyLo esa incógnita de hasta dónde podrían llegar sus posibilidades. «Until The Quiet Comes» es ese proyecto en el que un artista se moja el culo, y Steven Ellison lo hace como hiciera más de 40 años atrás el padre de su primo Ravi Coltrane en aquel desván. De aquella crisis existencial en el desván salió «A Love Supreme» (1965 Prestige) de John Coltrane, pero que sirva como dato, no como referencia comparativa.
Flying Lotus – Until The Quiet Comes
(2012 – Warp Recordings)
SIDE A
Pones la aguja, All In (A1), clara declaración de intenciones en el nombre, y en cierta parte vacile en la música. No parece que si ésta ha de ser la obra que cambie la carrera de FlyLo se haya reinventado excesivamente. En este primer corte le acompañan Jean Coy a la batería, Brandon Coleman a los teclados y Stephen Bruner aka Thundercat en el bajo, quién será una constante compañía de FlyLo a lo largo del LP cómo ya sucediera en «Cosmograma». Lo que si cumple All In es la función de introducción al viaje, pues indiscutiblemente tiene el sello de identidad Flying Lotus, y ese corte de la batería tras un redoble perfectamente podría simbolizar un portazo con lo anterior. Los teclados se disipan y antes de desaparecer se funden con la voz de Niki Randa, entra Gettin There (A2). Un bombo asincopado te golpea, y si has visto el shortfilm de Kahlil Joseph es imposible que no te mueva como al tipo al que Dilla cambió la vida. No es coincidencia la elección de la camiseta con el estilo de la batería de este corte que acompaña la parte del baile en el clip. Parece como si FlyLo aprovechara un disco decisivo a nivel personal para hacer un (otro) tributo al hombre que fue una de sus mayores influencias, y que quedara constancia de ese tributo también de forma visual. Until The Colours Come (A3) es pura energía, el ansía del que busca nuevas percepciones sin perder su enfoque. Parten de lo simple, pero FlyLo y Austin Peralta -teclados- desarrollan un trabajo aditivo de capas, como si esos colores les fueran llegando y los añadieran de forma progresiva a su esencia. Esa manipulación de capas va a ser una de las rutinas más presentes en la elaboración del disco, y este corte parece ser la forma de comunicárselo al oyente. No es sólo por el nombre, aunque eso no quita que probablemente esté puesto con esa intención, si no también por esa forma de añadir, mezclar y difuminar colores y formas, es el corte más representativo de la dirección artística de «Until The Quiet Comes». Los responsables son Stephen Serrato en la dirección y diseño, quién hizo algún trabajo para Stones Throw (Arabian Prince «Innovative Life – The Anthology – 1984-1989» y los dos primeros volúmenes de «Music Library» dónde participa Oh No) y Dan Kitchens en la fotografía. El trabajo en lo gráfico está cuidado hasta el punto que comparte ciertas analogías con la música tanto en conceptos como en estructura. La mezcla, la fusión, la falta de trazos claros que te marquen con exactitud que es lo que estás sintiendo, esa forma de representar la magia de la creación como lo que es: una actividad que sólo entiende de los limites de la imaginación. En Heave [N] (A4) aparece otra de las rutinas de composición de las que FlyLo va a echar mano habitualmente: la música tribal. Parece que se vea a si mismo andando en la oscuridad buscando esa esencia creativa desarrollada al máximo, mientras mantiene un contacto continuo con las formas más primitivas del sonido. Según las mezcla las añade teclados y sintetizadores mientras las deforma con reverbs, delays y ecualizaciones, como si pretendiera fundir ambas formas de concebir la música. Corte en las voces agudas, entra voz grave, se queda sólo el teclado, sinte marcando el cambio, estructura distinta para el cierre que se escapa con un fade out, y espectacular forma de traer el sample «Uh» de nuevo en medio del silencio. Esas estructuras jazzísticas va a ser otro de los recursos destacables de «Until the Quiet Comes». Los elementos no sólo se superponen, se comunican e interactuan entre sí, marcándose los cambios en la estructura como si fueran músicos los que los estuvieran interpretando y andasen todos a la espera de la señal para la siguiente parte del tema. En «Cosmogramma» ya se intuía cierta interrelación comunicativa entre los elementos, pero parece que FlyLo ha conseguido darle una vuelta de tuerca. Tiny Tortures (A5) es oscuridad. La abre una percusión minimalista, a la que le sigue una consecución de sintes atmosféricos dónde FlyLo retoma ese viaje en lo confuso. Con la compañía de Thundercat de nuevo, va introduciendo la luz de forma paulatina fundiendo los dos ambientes, cómo si comenzara a vislumbrar un atisbo de esperanza en sí mismo que le anime a seguir. Si para FlyLo no existen límites en la composición, tampoco lo existen entre las canciones, y una vez más queda patente la necesidad de suplantar límites, Heave [N] enlaza con All the Secrets (A6), igual que All In (A1) lo hiciera con Gettin There (A2), igual que lo harán varios cortes del LP. No acabo de entender este corte realmente, no lo pillo, aunque puede que conocer la muestra y haberla escuchado en otros cortes muy dispares tenga algo de culpa. Aún así la batería que suena a 16bit tiene su encanto, pero no consigo encontrar el vínculo con las muestras.
SIDE B
Sultan’s Request (B1) es una espinita de FlyLo que de momento faltaba en este disco, sus sintes duros y cortes de pista sucia, una vez más con Austin Peralta. Quizá le sobren algunos compases, pero por el enlace al cambio fundiendo el sinte en fade out con el sinte grave roto merece la pena la espera. Putty Boy Strut (B2), con Brandon Coleman a los teclados de nuevo, es de esos temas que empiezas odiando gracias a esa muestra de voz pitcheada del principio. Pero por fin se calla, la percusión del ritmo con otro sample modulado, y al rato vuelve y lo recalca metiendo silencios a las demás capas. Se vuelve a callar, desaparece el bombo, se quedan las palmas y Thundercat marca el cambio al resto de elementos para entrar al solo de bajo. Ahí está otra vez FlyLo parlando jazz codes. El mismo sonido con distinto tratamiento y Stephen Bruner va cogiendo protagonismo hasta que vuelve a marcar nuevo cambio. Vuelve la voz pero ya no importa, no molesta, y si lo hiciese rápidamente Stephen lo eclipsa cerrando al bajo paseándose por el mástil tocando notas cortas. Silencio y de nuevo esa voz tal y como abría el tema hasta que muta fundiéndose con el skit de final de corte, pasando de lo programado prácticamente en su totalidad, al lirismo. ¿Será coincidencia con el desarrollo del vídeo de Cyriak? No creo, en «Until the Quiet Comes» no parece que haya demasiadas cosas dejadas al azar, es un desarrollo conceptual en todo lo que le relaciona desde la música, a la dirección artística y los videoclips. Empiezo incluso a pensar que All The Secrets (A6) es así de floja porque representa el momento de flaqueza en el duro camino de la búsqueda creativa. FlyLo vuelve al tribalismo en See Thru To U (B3), seguramente el tema más esperado del disco sólo por ver como sonaría en compañía de Erykah Badu. Seguramente Fly sería consciente de ello y por eso se acompañó de un habitual colaborador a los teclados, Dorian Concept (con quién pudimos verle de gira por Madrid en compañía de Richard Spaven en la batería), y una vez más de Thundercat, quién para mi y para los que amen ese sonido de bajo con reminiscencias de Jaco Pastorius, llega a eclipsar en algunos momentos a Erykah. Vaya forma de pasar del ritmo a la melodía en dos pulsaciones. Lo demás Erykah, Erykah y su libertad para volar sobre los teclados de Dorian, Erykah y su conocimiento de la profesión -ya hacen 15 largos años de «Baduizm» (1997 – Universal Records) que le han enseñado que hay inifitas posibilidades tanto en la voz cómo en la forma de tratarla una vez grabada. Al contrario que en otras colaboraciones, See Thru To U se trabajó en estudio permitiendo una comunicación directa y fluida entre Steven y Erykah, lo que queda reflejado en el resultado tan dinámico del tema. Consta de tres partes, dos de ellas en la misma base instrumental. En primer lugar Erykah hace una interpretación, y tras dejar la percusión correr y un pequeño lucimiento de Thundercat, Erykah reversiona con otras melodías la parte instrumental de FlyLo, Thundercat y Dorian. Capas de voz y más capas de voz. La tercera parte empieza tras el silencio en la sección rítmica que deja a Dorian y Erykah al desnudo, tan al desnudo que en la nueva entrada de Erykah parece que hasta se la escuche salivar. De nuevo la segunda estrofa de la letra que había cantado sobre el otro ritmo, pero esta vez con un acompañamiento de Dorian. Por si no aún no te habías percatado que FlyLo disfruta como un enano trabajando con las capas de voz, se marca a modo de coro una repetición con el lonely de Erykah que se funde perfectamente con los teclados. Introduce una palmas asincopadas que parecen decir –Eh, yo si creía en «Cosmogramma»– para cerrar pista con un charles. Las palmas solas nos introducen en Until The Quiet Comes (B4) Ahora FlyLo además de tener sangre de Trane fue palmero de Peret, y lo mezcla con bombos pisteros. El corte de mismo nombre que el disco parece ser la mejor muestra de esa fusión de códigos y rutinas de distintos estilos. De nuevo Thundercat al bajo quién no nos abandonará hasta tres o cuatro temas. Un corte de jazz electrónico con una voz que parece estar metida con un scratch con resultado muy distinto del ortodoxo normal en la disciplina. Momento para el bajo, adición de capas de nuevo, cierre, y el mismo charles que te introdujo te da paso a DMT Song (B5) dónde Thundercat aparte de en el bajo también canta, con la compañía de Austin Peralta a los teclados. Un corte muy atmosférico que sirve de relajación a mitad de disco.
SIDE C
Cambio radical en The Nightcaller (C1), en el que cabe destacar que en la edición en cd está fundido con el corte anterior, pero que en el caso de la de vinilo está corregido con un par de fades leves muy bien sembraos. El vinilo también tiene adversidades, por supuesto, y los amantes de las ópera-rock de los 70 y 80 deben saberlo bien. FlyLo acelera el tempo y nos vuelve a poner en movimiento con una canción que parece representar el trance de quién está cerca de su objetivo y acaba explotando de la presión sin haberle encontrado por el momento un fin claro al asunto. El sinte se disipa y vuelven las atmósferas tranquilas a trío con Thundercat y Jean Coy. Only If You Wanna (C2) es el rato más chill del disco, con voces de fondo y una guitarra smooth que seguramente algún músico no acreditado tocaría en el estudio de FlyLo y que este samplearía. La forma de sostener la melodía que tienen Stephen y Jean es todo un tributo a parte del cool jazz, a las secciones rítmicas de fondo, dando fuerza y protagonismo a la parte melódica desde el segundo plano en el momento justo (esas cajas que pasan desapercibidas son una delicia). Otro de los que repite en «Until the Quiet Comes» es Thom Yorke, cantante de Radiohead. Electric Dandyman (C3) es del sonido más claustrofóbico del álbum. La fase de ataque de un sintetizador oscuro te introduce en la jaula para encerrarte en el escaso tiempo que tarda en apagarse. Una batería minimalista de las que llevan la firma inconfundible de FlyLo complementa la base para que sea el propio Yorke quién se encargue de poner la melodía al corte, al que en ocasiones consigue dar cierto rollo disco con su entonación. FlyLo se encarga del trabajo de capas, complementando a Thom Yorke con arreglos tanto melódicos como rítmicos. Uno de esos arreglos lo deforma hasta cambiar por completo la canción finalizando la sensación de claustrofobia con la de asfixia gracias a una batería más rápida y un sample que parece una voz distorsionada ahogándose. Para mi es sin duda una de las canciones más reseñables del disco. Niki Randa vuelve a a aparecer en Hunger (C4) junto a Miguel Atwood Ferguson en los teclados y The Integraton Players en la co-producción. Un corte muy atmosférico de nuevo trabajando sobre voces, que también lo forman dos partes, una primera que parece continuar con cierta parte de la sensación paranoica del tema anterior; y la segunda más relajante, con una guitarra del también miembro de Radiohead Jonathan Greenwood y unas muestras vocales de timbre dulce que pretenden descargar la tensión de cara al último trayecto del disco.
SIDE D
Miguel Atwood se mantiene en Phantasm (D1) y vuelve Thundercat al bajo. De nuevo percusión minimalista y trabajo sobre las voces, esta vez por cuenta de la cantante de folk Laura Darlington (The Long Lost) quién está bastante acostumbrada a trabajar con Flying Lotus, y lo demuestra adaptándose perfectamente a la base instrumental. Un corte construido sobre los pequeños arreglos en las capas y sobre las variaciones de Miguel y Stephen en determinados momentos, consiguiendo cierto dinamismo en el corte que sin la atención necesaria pasa desapercibido. Me Yesterday // Corded (D2), todavía con Thundercat al bajo, empieza con cierto tono nostálgico de despedida. El teclado de Me Yesterday parece ser el Flying Lotus consciente de que no es capaz de crecer y carece de energías para conseguirlo, como ese sinte que corta con todo dejándolo carente de vida. Corded por el contrario, insinúa ser la despedida de quién ha conseguido aquello que buscaba, un Flying Lotus al que este viaje le ha reforzado de cara a nuevos caminos. ¿Es ésta su forma de dar respuesta al público? ¿A los medios? ¿A sí mismo?. Si crees que hasta aquí ha llegado mi creatividad quédate con Me Yesterday, es mi forma de asumir mi incapacidad. Si has disfrutado pincha Corded y elige ese cierre. Lo que quizá nunca sepamos es la respuesta de FlyLo, quizá tampoco la tenga y por eso el disco lo completa Dream To Me (D3), con el acompañamiento de nuevo de Miguel Atwood. Dream To Me es confusión, es una nube de misterio, nada está definido. No hay victoria ni hay derrota. Quédatela tú si la necesitas para valorar algo. No hay blanco ni negro. No hay jazz ni música tribal. No hay rap ni electrónica. Quédate con la confusión si no sabes en que cubeta o estantería de tu tienda ponerme. Eso son referencias para quien analiza. Son referencias para quien vende. Para quien crea simplemente existe la inquietud de avanzar hasta encontrar barreras y tratar de superarlas evitando quedarse inmóvil ante ellas. Esa confusión que te hace dudar es la misma que te hará crear, si ese es tu motor la espiral seguirá girando sin limites. La misma espiral que cierra la cara D, un punto más para Stephen Serrato.
Fotografías por JCJ de DimensionArte
RIP Austin Peralta. No le conocía hasta escuchar este disco, pero aún así es una pena. Por otro lado, gran disco y artículo.
y pensar que FlyLo comenzó haciendo un album de música para niños….
Esto es una review como la copa de un pino. Subiendo el nivel tio. Me encanta.
Esto no son reviews, esto son analisis cojonudos. vaya tochaco de knowledge.
A mi el disco no me ha conquistado como sus 2 predecesores, vale que todos sus albums son distintos, que es lo suyo y lo que mola. Cosmogramma es mas » accesible «, con mas pegada y mierda epica y mind blowing.
Esto es mas lento de digerir, un pisto de estilos como has comentado, mas triston y nostalgico.
Gracias por los comentarios. Cómo bien dices “Cosmogramma” tiene bastante más pegada, incluso suena más club a mi gusto, es más directo. Este sin embargo es más lento, aunque la duración y el número de cortes es similar, muchos de aquí están interpretados cómo pequeñas subdivisiones de una misma canción.
Si te digo la verdad según iba dando vueltas me iba metiendo más en su mundo. Mi percepción del disco con las dos o tres primeras escuchas no tenía nada que ver con la aquí reflejada, y seguramente si hubiese tardado uno, dos, tres meses más en sacarla le seguiría sacando relaciones y relaciones y relaciones… Son distintos, yo entiendo a la gente que le ha parecido aburrido, o que no le ha enganchado, o que ni siquiera le ha dado una segunda escucha porque con la primera es imposible que te enteres de qué va el disco, igual que entiendo al que le flipa y lo encumbra cuando no lleva ni dos meses en la calle. Yo soy más de los del “Dream To Me”.
Increíble análisis, quizá lo mejor que he leído sobre ‘Until The Quiet Comes’. SE AGRADECE. Me parece un discazo en toda regla, lo que hay ya lo has dicho tú. Creo que por navidades me pillaré el LP, comprar cosas así vale la puta pena.
A saber con qué nos sorprenderá en el próximo disco. No nos lo podemos ni imaginar. FlyLo el jefe.
No estoy muy ducho y me pierdo con algunos conceptos, aunque no lo suficiente como para opinar sin miedo a equivocarme que este post es un pepinazo (muy bueno). Gran trabajo, si algo tiene que diferenciar a Internet de la old school press es la posibilidad de poder meter todo este análisis de calidad y fotazas para placer de aquel al que le guste el tema. Fuck concreción. Gran blog, enhorabuena.