Sería la sexta o séptima vez que Sharon Jones & The Dap-Kings visitaban España, y tengo la impresión de que todavía nos quedan unas cuantas, y por supuesto ¡bienvenidas serán!. Esta vez el motivo era la presentación de su último trabajo “Give The People What They Want” (2014 – Daptone Records) haciendo parada en Barcelona, Madrid, Vigo y San Sebastián en cuatro días consecutivos. Confirmado, tras superar el cáncer sus pilas volvían a estar cargadas para hacer vibrar a la gente. Para la cita en Madrid, contó con Los Coronas, grupo madrileño que bien conocen Sharon y su tropa por haber coincidido con ellos en otros lugares del planeta.
Fotografías por P.delaVega.
El grupo cumplió al a perfección con el papel que se le presupone a un telonero en un concierto de estas características: calentar bien al público y que tenga la temperatura anímica perfecta para lo que está por venir. No soy especial seguidor del grupo, por lo que no comentaré en detalle el repertorio, pero eso no fue un problema ni para mí, ni para los que se encontraban en la misma situación que yo. Todos los allí presentes disfrutamos de una buena y humorística sesión de surf. Buena, por la indiscutible calidad del grupo, y humorística por algunas simpáticas versiones en clave de surf como Corazón Contento de Mari Sol, En El Lago de Triana, e incluso una breve mezcla entre éstos y el verbena anthem Paquito el Chocolatero, no por sumarse al pan y circo, si no justificada en la progresión de acordes de ambas canciones. El público calentó bien las caderas y la sala, que ya era un hervidero caliente y acogedor para los que iban llegando con retraso.
Como viene siendo habitual en muchas de los conciertos de funk, los primeros en presentarse fueron los Dap-Kings interpretando un par de piezas instrumentales, para que después se sumaran las dos coristas, Sandra Williams y Starr Duncan, conocidas como The Dapettes. Tras impresionar al público con sus voces, pasaron a un segundo plano alineándose con el resto de la banda, y el guitarrista Binky Griptate anunció la salida de Sharon Jones al escenario.
La cantante apareció por detrás del escenario y el público estalló en una euforia que, la verdad, hacía tiempo que no veía en un concierto, mucho menos siendo antes de empezar en sí mismo. El primer corte que sonó fue Retreat!, al igual que en el disco, y le siguieron otras canciones de su última referencia como Now I See, Get Up And Get Out o Stranger To My Happiness. Uno de los momentos más emotivos fue tras interpretar mi corte favorito, People Don’t Get What They Deserve, que usó a modo de medley para alargarlo durante varios minutos para bailar y enseñar pasos de baile al público, hacerle cantar, y hacer una especie de spokenword en el que se pudieron entender algunas palabras relacionadas con la fuerza de voluntad a la hora de superar adversidades como su cáncer, o la importancia que ha tenido la música y la necesidad de volver a sentir al público de los conciertos para ayudarla a superarlo. Después, pondría un poco de calma con Slow Down, Love.
La muestra más clara de que Sharon Jones echaba de menos tratar con el público, es que en distintos momentos del concierto, y de distinta forma, invitó a la gente a que subiera al escenario a bailar. Primero lo hizo con un chico, luego con un par de chicas, y creo recordar que en dos ocasiones más con todo el que quisiera subirse, llegando incluso a hablar con el segurata que intentaba frenar el continuo riego de chicas que subía al escenario ayudados por músicos y espectadores. Fue así, bailando con una chica del público, como realizó la presentación de los músicos, que iban tocando de forma individual.
Durante más de dos horas Sharon Jones & The Dap-Kings consiguieron mantener al público bailando, dando palmas, cantando, gritando, y totalmente entregado a una de las causas más justas del mundo: cantar por la vida. Además de las piezas de su último disco, también se pudieron escuchar Makin Up And Breaking Up, If You Call, o 100 Days 100 Nights. Sharon demostró que está totalmente recuperada, y que todavía le sobra energía con la que deslumbrar salas y escenarios de todo el mundo, así que la próxima vez que visite nuestro país, harías bien en no perdértelo.