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Dj Shadow en Madrid 28/10/12

All Basses Covered de Dj Shadow

Fotografías por Juan Carlos Quindos

21:50, noche fría. La bufanda bien anclada al cuello camino al Matadero desde el único y rebuscado sitio en casi un kilómetro a la redonda. No, no iban todos a ver a Dj Shadow, jugaba el Real Madrid. Crucé la entrada del Matadero y la música se hacia notar poco a poco. Una vez en el patio despejé mis dudas: inconfundiblemente eran Niño y su Korg. Apresuré un poco más y me compadecí de la gente que conformaba la cola. Por la cantidad de gente y el ritmo de avance –inversamente proporcional al del synth funk del Niño- más de uno entraría con Shadow empezado.

Dentro había más gente de la que esperaba para las circunstancias citadas anteriormente, pero podías ponerte con facilidad en primera fila para ver a Niño trastear con los cacharros. Llegué a tiempo para ver los últimos 5 ó 6 temas aproximadamente. El directo fue bastante íntimo, no sé si el motivo fue que la gente estaba reservándose para bailar con Shadow, o porque Niño había entrado en una atmósfera con el público en el que éste estaba disfrutando de su música sin la necesidad de bailar. En mi caso era más la segunda opción, estaba hipnotizado. Niño no es postureo, no es “amos loco subidón arriba”, no te condiciona ni te motiva corporalmente a nada. Él está con su música, disfruta haciéndola, y la forma en la que tú interactúes con ella depende totalmente del efecto que produzca en ti. Si bailas, bailas. Si flotas, flotas. Aun así tras despedirse del público gestualmente y sonar las primeras notas de Clases de 1984, se percibió que alguno de los que andábamos por allí (ya empezaba a llenarse la sala) habíamos ido a verle a él expresamente. Con el cambió de secuenciación cuando entra el sample de voz los más reservados empezaron a vibrar más de la cuenta hasta que Niño cerró el show. El público devolvió amor e invadió la barra.

Del skweee de Niño se pasó a rap boom bap en lo que se preparaba el show de Dj Shadow. Bullicio, Josh se acercaba a la mesa. Hizo presentación de sí mismo (por si alguien tenía dudas) y del set que iba a presentar a continuación. Quería asegurarse de que a los más nostálgicos no les pillara por sorpresa que no iba a sonar ninguno de sus temas antiguos, aunque supongo que nadie iba con la idea de escuchar un show de «Entroducing…» y «The Private Press». Estaba dedicada a las mentes abiertas a nuevos sonidos, y al… BASS. «BASS,  BA BA BASS, BASSBASSBABABAABBBBAASS Loop de batería y scratches con bass, aquello tenía pinta de haber empezado. Distorsionó la palabra bass hasta el límite. Scratcheando, con efectos, ecualizándola, repitiéndola, poniéndola del revés… Aquello efectivamente iba para el bajo, y que mejor que unos cortes de dubstep revienta pechos para ir demostrándolo. Poco a poco la sesión fue alejándose de las percusiones del dubstep para acercarse a unos loops de boombap parte cuellos y empezar a introducir otra parte importante del directo: los scratches. Los dj’s de disciplina que asistieran también tuvieron su hueco. La dinámica en cuanto a los sintes seguía siendo la misma, pero las baterías iban cambiando de forma dinámica hasta que Shadow corta loop y deja correr la muestra. De repente saca unas baquetas, un par de golpes de prueba, y empieza a tocar un pad de batería digital. Primer momento de excitar realmente a la gente. A partir de entonces fue una constante cada cierto tiempo en el directo, pero no sólo con baterías, también con guitarras, o con voces como demostró jugando con un sample vocal que rezaba “Institute of our Life”.

Dj Shadow en All Basses Covered Madrid

Shadow volvió a dedicar unas palabras al público para agradecerle estar allí haciendo música, y que él amaba lo que hacía. Recordó (o informó) que era de California pero que ahora estaba en Madrid, y que venía de Reino Unido. Aprovechó para reivindicar la universalidad de la música en concreto, y del rap especialmente, y escogió la música perfecta para hacerlo: la banda sonora de Los Simpsons. Jugando con varias muestras de canciones leitmotiv de la serie expresó a la perfección ese concepto de universalidad. Seguro que vaya dónde vaya esas melodías son inconfundibles. De los Simpson dio un salto a los orígenes y se centró en rap de finales de los 80. Si llega a saber que aquí todos andan perdiditos con los 90 lo mismo no lo hubiera hecho. O quizá lo hubiera hecho con más razón. De nuevo volvió al dubstep, y de nuevo la gente se dejó llevar por los ritmos rotos y los cambios de programación de sintetizadores. De repente baja el volumen poco a poco, se va liberando tensión, la gente aprovecha para echar un trago a su copa o sacar un cigarro, y suena. La esconde. Vuelve a sonar y la vuelve a esconder, pero los oídos más perspicaces ya saben que se cuece. Shadow sabe que lo saben, ellos saben que Shadow lo sabe; y lo suelta. Empieza a sonar, no es la original, es la versión de “Songs For Synchronization Licensing”, pero importa una mierda. Esa muestra de órgano es historia atemporal de esta música, y así lo demuestra la reacción de la gente. Organ Donor fue el momento más destacable del concierto sin ninguna duda, habrá gente que pagaría sin duda otro bolo de Dj Shadow por volver a vivir eso. Cuando querías darte cuenta estaba rascando, y cuando acabó de rascar la muestra se expandía en solitario por El Matadero. Shadow volvió a coger las baquetas y a golpear el pad, y entonces todo aquel nostálgico descorazonado se puso botar como loco. Shadow dio las gracias al público por la respuesta, pero sobre todo aprovechó por dar gracias por permitirle estar allí haciendo lo que le gusta, música. A partir de ahí más dubstep y más baile, hasta que cerró con un número a las baquetas acompañado por el público. Shadow se despidió del público y se marchó, pero antes de bajar se dio la vuelta, algo había olvidado. Pico el play, sonó el remix de Midnight in a Perfect World. A mi me hubiese gustado el original, me cuadraba más, pero a falta de pan…

Dj-Shadow-2

Si alguien no fue y aún lo sigue dudando, seguramente tendría que haber ido. No sonó boombap, no sonaron «Entroducing…» ni Six Days, no sonaron otros clásicos de Shadow, pero se cuidó la música y, sobre todo, se bailó mucho. Aquello no era una sesión para heads, era un sesión para disfrutar. La mayor objeción que le podría poner al set es que llamándose «All Basses Covered» sonara tan poco funk y tan poco soul. Quizá esperaba un registro más amplio de estilos, o quizá fue un error llamarla así.

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